En la última comisión ejecutiva de la CEOE, celebrada la semana pasada, su presidente, Juan Rosell, anunció que en septiembre se abrirá el proceso para las elecciones a la presidencia de la organización, con el objetivo, según dijo, de que se hagan en noviembre o, a más tardar, a primeros de diciembre. Es decir, se adelantaría unas fechas al cumplimiento de los cuatro años sobre las anteriores elecciones, que fueron el 20 de diciembre de 2014.

Parece muy razonable que se adelanten, lo que significa que se alejan de las fiestas navideñas y, además, teniendo en cuenta, como parece, que los comicios de la gran patronal no van a tener disputa, con la previsible única candidatura de Antonio Garamendi, actual presidente de Cepyme y vicepresidente de la CEOE, con quien Rosell ha formado tandem durante prácticamente todo el mandato.

Sin embargo, hay quien subraya que este adelanto no es baladí, ya que supone realizar las elecciones antes de las previstas para la patronal catalana Foment del Treball, que, si su presidente, Joaquim Gay de Montellà, no las anticipa, serían la primera semana de diciembre o, como este mismo manifestó recientemente, podrían aplazarse incluso hasta enero de 2019. Pero esto no es sagrado y sobre ello tampoco hay nada escrito.

Antonio Garamendi ha recorrido España para reunirse con los dirigentes empresariales

Es sabido que Gay de Montellà, que no se puede presentar a la reelección de Foment por estatutos, no mantiene buenas relaciones ni con Antonio Garamendi ni con Josep Sánchez Llibre, pese a que le impulsó para hacerse con el cargo que ocupa él en Foment (y normalmente también como vicepresidnete de CEOE) con el que se torcieron las relaciones hasta el punto de que no ha dejado de buscarle adversarios. No parece, en cualquier caso, que haya habido ningún contubernio para cambiar las fechas .

Dicho esto, en el seno de la gran patronal se ha puesto a debate la condición de que el presidente de la patronal sea un ejecutivo o un empresario. Es decir, el modelo José María Cuevas versus el de Juan Rosell, Gerardo Díaz Ferrán o Carlos Ferrer Salat. Los que prefieren que sea un empresario denuncian que Garamendi no es un patrón al uso, pese a que tiene participaciones en empresas de diferentes sectores.

Por eso, han empezado mover los hilos para buscar una alternativa, a sabiendas ya desde hace tiempo que Juan Pablo Lázaro, presidente de la patronal madrileña CEIM que siempre ha estado en boca de todos, ha rehusado entrar en la pelea. Los que respaldan la opción de un ejecutivo sostienen que la CEOE necesita una dedicación al 100% remunerada (Rosell se quitó el sueldo. Garamendi se lo puso en Cepyme, lo que fue aprovechado por Gay de Montellà para arremeter contra él, luego apenas se han hablado). En uno y otro sentido, se habló como alternativa de Manuel Pizarro, que suele aparecer en todas las salsas y muchas veces no por voluntad propia, y de Clemente González Soler, propietario del grupo empresarial Alibérico, líder en transformación del aluminio, y presidente de la Feria de Madrid. Uno y otro se han desligado de la posibilidad.

Se vuelve a debatir si el presidente debe ser un empresario o un ejecutivo

Garamendi, que confirmará su candidatura cuando se abra el proceso en septiembre, se ha recorrido todas las territoriales y sectoriales españolas al estilo Pedro Sánchez y ha hecho campaña con los dirigentes de dichos colectivos. El dirigente vizcaíno, un hombre que muestra cercanía, ya estuvo a punto de ganar las elecciones de 2014 a Rosell por 33 votos (52,27% frente a 47,27%) después de que se produjera una especie de escisión en la patronal madrileña que rompió la disciplina de voto. Después accedió a la vicepresidencia como presidente de Cepyme, cargo al que llegó por aclamación tras la marcha frozada de Jesús Terciado. Precisamente, una vez que deje este cargo para encumbrarse en la presidencia de CEOE , la patronal de las pequeñas y medianas empresas tendrá que buscar un sustituto.

En las elecciones hay convocados 737 compromisarios, de los que 208 corresponden al ámbito territorial y 529 al sectorial (incluido Cepyme). Del total, CEIM y Foment cuentan con 45 votos; la Comunidad Valenciana, 21, y la vasca, 14. El resto de territoriales van reduciéndose de las seis que tiene Aragón hasta una, que tienen la gran mayoría. De las sectoriales, Cepyme tiene 83; la eléctrica Unesa, 30; la bancaria AEB, 25, al igual que la de antiguas cajas de ahorros; Confemetal, químicas y alimentación tienen 15; Farmaindustria y Construcción (CNC), 12; Telecomunicaciones y Seguros, 10 cada una.

Un diálogo social intenso y activo

M. Á. N.

La foto corresponde a la comparecencia de los dirigentes patronales (Antonio Garamendi, de Cepyme, y Juan Rosell, CEOE) tras la reunión con la ministra, Magdalena Valerio, y los líderes sindicales (Unai Sordo y Pepe Álvarez) para poner en marcha el diálogo social, que estaba comprometido en el IV Acuerdo Estatal de Negociaicón Colectiva. En dos meses de Gobierno, la actividad ha sido intensa. Ha habido tres reuniones en La Moncloa y alguna más en el Ministerio. Que no pare.

Fuente: El País