«El AVE es un servicio que trata de adaptarse a la demanda y será la demanda la que tenga que adaptarse a la futura oferta low cost«, ha señalado esta mañana el presidente de Renfe, Isaías Táboas, en una reunión con medios de comunicación. El tren de alta velocidad y bajo coste comenzará a rodar «meses antes» de la liberalización del transporte de pasajeros en ferrocarril, prevista para diciembre de 2020, y la operadora pública se ve con capacidad para poner los billetes hasta un 40% por debajo del actual precio medio en los servicios del AVE, que es de 52 euros por pasajero y viaje.

Para evitar la canibalización de la actual oferta con este nuevo servicio, basado exclusivamente en precio, los usuarios tendrán que adaptarse a horarios menos atractivos que los del AVE o a trenes en los que se tratará de exprimir la capacidad. El objetivo es captar nuevos viajeros que hoy utilizan el automóvil en desplazamientos de larga distancia por una cuestión de precio. Con todo, la amenaza también es clara para las aerolíneas y el autobús.

Pese a que el nuevo modelo de explotación está aún por rematarse, el presidente del operador ha remarcado que la variable fundamental para el desarrollo del AVE low cost será la de los costes por encima de lo que hagan las esperadas empresas rivales: «Podemos llegar a operar un tren por un 40% menos en el precio de los billetes, pero eso exige mejorar la eficiencia en el mantenimiento, costes de personal o número de kilómetros de operación. Lo que no haremos es competir a pérdidas«, ha explicado Táboas.

La futura entrada en operación de una segunda marca de Renfe para la alta velocidad es la primera del medio centenar de medidas que figuran en el plan estratégico 2019-2023, llamado a afrontar tanto la llegada de nuevos operadores a los servicios comerciales de tren como a un entorno de servicio y gestión marcado por la digitalización. Otro de las inciiativas importantes es la apuesta por la internacionalización, para lo que Renfe podría tener el AVE low cost como uno de sus productos estrella.

La empresa dependiente del Ministerio de Fomento tiene planeada la posible irrupción del low cost en los cinco grandes corredores de alta velocidad activos: los que enlazan Madrid con Barcelona, Sevilla, Málaga, Valencia y Alicante. Pero se da por descontado que la gran batalla comercial se producirá en el corredor Madrid-Barcelona.

Fuente: Cinco Días