Encuéntralo en la ciudad cerca de donde estés y déjalo en los alrededores del lugar al que tengas que ir. Paga solo por el tiempo de utilización –y, a veces, por los kilómetros que hagas si superas ciertos límites– y ya está. Esta es, en breve, la experiencia del carsharing, es decir, el alquiler de coches de corta duración, que experimenta un auge sin precedentes en Madrid. Solo entre el 16 de julio y el 10 de septiembre –un período en el que el parón vacacional se traduce en un descenso del volumen de tráfico en la ciudad– los madrileños reservaron un promedio de 8.770 trayectos en coche compartido al día, con un máximo de 13.077, el 7 de septiembre. De esta forma, en el verano madrileño, cada vehículo realizó una media de 5,4 trayectos al día, según datos de los proveedores de movilidad, recopilados por la aplicación Chipi. Un éxito que, según los expertos, está destinado a incrementarse, tras las últimas resoluciones del Ayuntamiento sobre movilidad sostenible.

En la capital operan cuatro empresas de coche compartido, con la misma idea de fondo, y un funcionamiento parecido. A través de una app se puede buscar el vehículo más próximo y reservarlo para los minutos siguientes. Una vez encontrado, la aplicación lo desbloquea y, terminado el recorrido, vuelve a cerrarla. La compañía cobrará al usuario lo que corresponda por el tiempo de uso a través de la tarjeta que haya asociado a la aplicación instalada en su móvil. Todos estos coches ya circulan y aparcan sin restricciones por el centro de la capital y seguirán haciéndolo en la nueva área de tráfico limitado Madrid Central, que entrará en vigor el 30 de noviembre.

No obstante, existen algunas diferencias que, según las circunstancias de cada conductor y los criterios aplicados, hacen que utilizar una compañía pueda revelarse más ventajoso o práctico que las demás opciones. Entonces, ¿qué carsharing madrileño se adapta mejor a tus necesidades?

Car2Go: aparca fácil, transporta menos

La veterana de todas las compañías de carsharing cuyos vehículos están disponibles en las calles madrileñas desembarcó en la capital en noviembre de 2015. Car2Go opera también en otras 25 ciudades, repartidas entre Europa, América del Norte y China. Su flota en Madrid, a la que suben ya más de 210.000 conductores, está compuesta por medio millar de Smart Fortwo eléctricos, un coche con 160 kilómetros de autonomía. “A finales de este año ampliaremos la flota, añadiendo 450 vehículos: 300 Smart EQ de cuatro plazas y 150 Smart EQ fortwo”, señala el gerente de locación para Madrid, Orazio Corva.

Sus dimensiones reducidas –2,70 metros de largo y 1,6 metros de ancho– hacen que sea muy fácil de aparcar en la ciudad pero, al tener solo dos plazas, ni podrá estar ocupado por más de dos personas a la vez ni será posible transportar un gran volumen de objetos.

Su zona operativa es el perímetro urbano dentro del trazado de la M-30, por lo que las inmediaciones de la capital no están cubiertas. Para encender su motor será necesario pagar una cuota de validación de la inscripción al servicio de 9 euros, que Car2Go cobra una sola vez. Cada minuto cuesta 21 céntimos de euro, más 29 céntimos de euros por kilómetro recorrido después de los 200 primeros.

Cuidado con permitir usar un vehículo a alguien que no está autorizado o a pasar tus datos de acceso a un tercero: en este caso el contrato de Car2Go prevé una sanción de 1.000 euros. Otras penalizaciones se aplicarán, entre otras causas, por devolución fuera del área operativa (500 euros), aparcar en espacios privados o subterráneos (250 euros), y viajar al extranjero (250 euros).

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Emov: más capacidad, por un precio más alto

Los coches eléctricos Citroën C-Zero que Emov puso en circulación a partir de diciembre de 2016, con sus cinco puertas y cuatro plazas, ofrecen más sitio para personas y cosas. Una clara ventaja con respecto a Car2Go, que este vehículo descuenta en términos de menor manejabilidad y capacidad de adaptarse a espacios muy reducidos de aparcamiento, al tener 3,5 metros de longitud y 1,8 metros de anchura. “En estos dos años, hemos incrementado la flota hasta alcanzar los 600 coches (al principio eran 500), añadido sillitas de niño en parte de ellos, y ampliado el área de servicio”, desgrana el director de marketing de Emov, Carlos Blanco.

Esta última excede el perímetro marcado por la M-30 en la zona noreste, al llegar a barrios como Hortaleza, Las Tablas, Sanchinarro o Ventas. La autonomía, que depende del tipo de conducción del usuario y de la climatología, entre otros factores, es más reducida que la del competidor más antiguo, ya que llega a 100 kilómetros reales (150 kilómetros teóricos).

Utilizar Emov, además, sale algo más dispendioso que Car2Go: el minuto vale 25 céntimos de euro, aunque existen paquetes de 100 minutos por 23 céntimos al minuto, 200 minutos por 22 céntimos, o el de 400, por 20 céntimos. Darse de alta, en este caso también, conlleva el pago de una cuota única de 9 euros.

Si la carga de la batería baja hasta la decimosexta parte, un vehículo de Emov tiene que ser aparcado lo antes posible y de forma segura, para que la compañía pueda retirarlo y recargarlo. De lo contrario, podría aplicar al usuario una penalización.

Zity: circula libremente con más autonomía

Zity, el carsharing que, en palabras de su directora de marketing, Pilar García, presume ofrecer “el maletero más amplio” de todos los que existen en Madrid, desembarcó en la capital hace menos de un año, en diciembre de 2017.

Utiliza 500 vehículos 100% eléctricos Renault ZOE, dotados de cinco puertas, una longitud de 4,1 metros y una anchura de 1,7 metros, características que hacen que el volumen interno sea superior al de Emov. Lo que se reduce inevitablemente, por el contrario, son las opciones de aparcamiento.

Un área operativa más amplia –con respecto a Emov, cubre más zonas de Hortaleza y de Ciudad Lineal– y una autonomía de 300 kilómetros, los vehículos de Zity están más adaptados a recorridos más largos, incluso para salir de la zona de servicio y volver.

A diferencia de las dos empresas anteriores, Zity no aplica ninguna cuota de alta, pero su tarifa básica es la más cara de las tres que utilizan coches 100% eléctricos, al cobrar el minuto 26 céntimos de euros. Si se activa la tarifa Stand By (9 céntimos al minuto), será posible mantener activo el alquiler mientras se hace una parada, lo que permite, por ejemplo, ir de compras o al cine, y volver con el mismo vehículo. Existen también tarifas planas de 4 horas (36 euros), 8 horas (26 euros) y 24 horas (66 euros), y paquetes en los que el minuto vale entre 20 y 21 céntimos de euro. Con 90 euros, Zity es también el carsharing con la franquicia más baja.

Wible: para ir y venir de la periferia

De las cuatro empresas de carsharing, Wible, que opera desde hace apenas cuatro meses con 500 Kia Niro PHEV, es la única que utiliza coches híbridos enchufables. Esta peculiaridad se traduce en un menor nivel de sostenibilidad con respecto a las otras, pero la gran beneficiada es la autonomía: 58 kilómetros con motor eléctrico más 600 kilómetros en modalidad híbrida.

Operativo en todo el centro de Madrid y al norte hasta Mirasierra, Las Tablas y Sanchinarro, al este hasta los barrios de Concepción y Quintana, y al oeste, hasta Ciudad Universitaria, Wible es “el primer carsharing que cubre también la periferia a través de tres bases, situadas en Villaverde, Las Tablas y Pozuelo de Alarcón, donde es posible retirar o devolver un coche”, destaca el director general de la compañía, Javier Martínez Ríos.

Puesto que tiene cinco plazas, 4,3 metros de largo y 1,8 de ancho, irse con Wible a la cadena de muebles fuera de la ciudad y volver con el coche cargado de objetos, por ejemplo, no será un problema, pero aparcar en el centro se volverá mucho más complicado que con car2Go o Emov.

Con la tarifa básica, un minuto en Wible cuesta 24 céntimos pero; con la tarifa flexible, la segunda hora y las siguientes valdrán 3 euros cada una. Tanto si se utiliza por menos de una hora, como si se guarda el coche reservado por más tiempo, habrá que añadir 25 céntimos de euro por cada kilómetro recorrido después de los 100 primeros. Un forfait de 50 euros está previsto si se quiere guardar el coche durante 24 horas seguidas. No hay cuota de alta.

Fuente: El País