Este año el consenso sobre la subida de tipos en Estados Unidos era unánime. Pues bien, de todos los fondos de renta fija con divisa cubierta disponibles para el inversor español, menos del 5% está en positivo en 2018. Y lo que es más sorprendente, el porcentaje disminuye en las categorías de renta fija flexibles, según datos de Morningstar. Y en este tipo de fondos era ­donde muchos esperábamos que se podría ganar, pues en EE UU se ha producido lo esperado. La rentabilidad del bono americano ha pasado del 2,4% de principios de año a superar el 3,2% a primeros de octubre. Si lo esperaba todo el mundo, ¿por qué no lo ha aprovechado el gestor profesional?

Parte de la explicación puede estar en que las cosas son muy evidentes a posteriori, pero no tanto cuando se afirma a priori. Ahora parece claro que lo que ha pasado iba a suceder. Sin embargo, muchos gestores de renta fija ya esperaban subidas de tipos desde hace mucho tiempo, algunos desde 2013, y ya habían vendido en el pasado bono americano, una decisión que había costado bastante rentabilidad a sus fondos. Este coste puede haberles mantenido más cautos a la hora de vender este año, ya que en el pasado la estrategia les había salido mal. De hecho, los gestores que han estado vendidos de bono alemán –estrategia menos costosa por la que parecía evidente apostar– lo han vuelto a pasar mal durante el verano y en el total del año el resultado es malo, o con suerte regular.

Tras 30 años de bajadas continuas de tipos y la poco ortodoxa intervención de los bancos centrales, el entorno en renta fija no es fácil, ni siquiera para gestores profesionales que, en media, yo creo que no lo han hecho tan mal, sobre todo teniendo en cuenta que uno de los activos favoritos de muchas gestoras era la renta fija emergente. Este activo sí que ha tenido caídas importantes e inesperadas.

¿Qué pasa con los fondos que pueden invertir también en renta variable? En este activo el consenso no era tan unánime, pero en general era positivo para todos los mercados. En la práctica, sin embargo, solo el mercado americano está en positivo en el año y en concreto lo que ha funcionado han sido las acciones de alto crecimiento, como tecnológicas, del sector salud y mejor aún de tecnología médica (hay fondos con esa especialidad).

En el caso de los fondos mixtos flexibles, este año, en general, tienen un resultado decepcionante, justo en un año en que necesitábamos más que nunca esa habilidad de los gestores a la hora de usar la flexibilidad. En su defensa, diré que, este año, o estabas en unos activos muy concretos, lo que implicaba no diversificar riesgos, o era imposible ganar.

Respecto a los fondos de gestión alternativa, el porcentaje de fondos en positivo en 2018, de los denominados en euros y disponibles para inversor español, sube sustancialmente hasta casi el 15% del total (pero siguen siendo minoría).

¿Por qué es tan difícil evitar las caídas de mercado en la gestión de fondos? ¿Por qué los profesionales no realizan estrategias que les permita ganar dinero en cualquier situación? ¿Por qué no ganan la mayoría de los fondos cuyo objetivo es ese? Si fuera tan fácil, todo el dinero estaría en alternativos o hedge funds. Lo que ha pasado este año debería hacernos reflexionar. Pocos fondos destacan y los que lo hacen están concentrados en un sector en particular. Obtener rentabilidades positivas interesantes en un mal año de mercado es algo extraordinario, incluso para un gestor profesional. Mi conclusión es que no lo debemos esperar. Por otro lado, con toda la angustia que nos generan las correcciones, y más aún las crisis, hay que resaltar que a largo plazo los mercados siempre suben, sobre todo si no olvidamos diversificar.

Por lo tanto, si no debemos esperar que los gestores nos eviten las caídas, también habrá que asumir que de vez en cuando nuestra cartera sufrirá (es habitual que la Bolsa registre una corrección de más del 10% cada dos años). Los fondos flexibles y la gestión alternativa pueden ayudar a matizar las caídas, pero una buena estrategia de inversión pasa por adaptar la distribución de la cartera y el nivel de riesgo a un horizonte temporal.

El inversor que deje todo su dinero en manos de gestores con amplia flexibilidad cambia el riesgo de mercado por un riesgo que no puede controlar. Un riesgo incierto a cualquier plazo. Incluso diversificando entre este tipo de gestores puede obtener unos resultados regulares. Es necesario tener también fondos más estratégicos, que estén bien diversificados, aunque caigan con el mercado.

Mi última reflexión es para todos aquellos que tengan ganas de vender sus fondos, decepcionados por los gestores, por miedo a los mercados o por ambas cosas. Conseguir objetivos duraderos puede ser frustrante en el corto plazo, invertir para tener buenos resultados a largo plazo me recuerda al objetivo de mantenerse en forma y/o adelgazar. En este caso, lo mejor es una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente. Aunque haya dietas que funcionan más rápido y suplementos deportivos que ofrecen pronto un resultado espectacular, a la larga no funcionan o el riesgo para la salud puede no compensar.

Mi consejo es que no tire la toalla, pero no espere milagros en la gestión. Establezca una estrategia adaptada a su plazo de inversión y tenga paciencia. 

Marta Díaz-Bajo es directora de análisis de fondos de Atl Capital Gestión de Patrimonios

Fuente: Cinco Días