Una aplicación que funciona como la conocida red de citas Tinder; otra con la que se puede ganar dinero si se recomienda una vivienda a un amigo; una que filtra la búsqueda por restaurantes, tiendas o vida nocturna; y otra que clasifica la casa por su calidad constructiva y belleza y no solo por su precio. Son algunos de los modelos digitales que desafían el nuevo mercado inmobiliario, en el que las proptech no sueltan el pie del acelerador.

El número de empresas tecnológicas que trabajan en el sector inmobiliario identificadas en España ha pasado de 58 en marzo de 2017 a 225 en la actualidad, lo que significa que se han multiplicado casi por cuatro en año y medio, según la consultora internacional Savills Aguirre Newman. Con semejante ritmo, la firma prevé que el año cierre con 350 empresas y más de 5.500 empleados. En España el volumen de inversión alcanzó los 50 millones de euros en 2017 y para este año se calculan 80 millones. En el resto del mundo la cifra sumó 3.000 millones de dólares solo en 2017, un salto abrumador si se tiene en cuenta que entre 2011 y 2016 movieron la misma cantidad. La previsión de la consultora es llegar a los 20.000 millones de dólares en 2020.

Las agencias digitales, que cobran una cuota fija que va desde 300 a 4.000 euros y buscan financiación privada de business angels y de fondos para crecer y expandirse, dan la batalla a las tradicionales, caracterizadas por cobrar comisiones de entre el 3% y el 5% de media. Las más reconocidas por los usuarios son las primeras que desembarcaron en España, como Propertista, LemonKey o Cliventa. También las que más invierten en publicidad y marketing, como Housell. Y las que aterrizaron prometiendo la venta de una casa en unos días, como Clicpiso o Tiko, dieron una vuelta de tuerca.

Pero en este universo digital surgen sin cesar nuevas aplicaciones, algunas de lo más curiosas. Una de ellas es DynDong, el Tinder de la vivienda, una plataforma privada que permite a propietarios buscar, filtrar y avisar a potenciales interesados en comprar o alquilar. A través de un sistema de compatibilidades pone en contacto a propietarios con compradores o inquilinos.

El funcionamiento de Dyndong, lanzada en febrero de este año, es sencillo. “Un propietario tiene la oportunidad de avisar a posibles compradores o inquilinos de la existencia de su inmueble dándoles un toque (match). Además, las valoraciones entre usuarios, facilitan la elección de su futuro inquilino”, indica su fundador José Carlos Fornieles Martínez. Es una plataforma sin intermediarios en la que los particulares puedan llevar a cabo todo el proceso de compraventa o alquiler por sí solos. “Los propietarios no podían buscar a los compradores o inquilinos de su inmueble y tenían que esperar a ser contactados por los interesados. Ahora tanto el que ofrece como el que demanda puede participar activamente en la búsqueda”, dice Fornieles.

Flechazos inmobiliarios

Se ahorra tiempo y visitas improductivas, ya que solo pueden contactar con el propietario los usuarios que él quiera: los que encajen en el perfil que busca y que tengan verdadero interés. Hay más de 1.300 registrados y 300 viviendas. De momento, no tiene ningún coste pero cuando la plataforma crezca se fijará una cuota anual de 49,95 euros para el que busca vender o alquilar una casa.

Otro de esos modelos digitales diferentes es el que propone Fulltip, aunque recupera algo muy tradicional como es el boca a oreja. La recomendación recobra fuerza en la compraventa y alquiler de viviendas. Se trata de un aplicación, que llega al mercado en octubre de 2017 y que permite ganar dinero por recomendar una vivienda a amigos, conocidos o familiares, siempre que se cierre la operación. Por ejemplo, alguien que aconseje la compra de un piso que cueste 400.000 euros, gana 1.000 euros. El ingreso se hace por transferencia bancaria.

Según la compañía (en la que también se ofrecen servicios de telefonía, automóviles, seguros y alarmas), las recomendaciones del sector inmobiliario son la segunda categoría que más éxito tiene, solo por detrás de las de telefonía. “Estamos captando semanalmente entre 50 y 70 intenciones de compra o venta y en total, para todas las categorías, hemos pagado 20.000 euros en comisiones”, cuenta Eduardo Fernández, su fundador. Las compañías que utilizan el marketing de recomendación para captar clientes obtienen un 200% más de ingresos que con el comprador medio, dice. Y recuerda que según Nielsen, hasta el 50% de la decisión final en los procesos de venta está condicionada por el consejo de personas cercanas.

¿Son suficientes las fotos a la hora de comprar una vivienda? En la aplicación Qasa creen que no. Esta firma muestra el año de la última reforma, la superficie, cuánta energía consume y otros datos técnicos. También permite comparar la casa que se va a vender con otras de la misma calle o barrio. Sus promotores entienden que al comprar una casa se deben tener en cuenta, además del precio, aspectos como lo bueno que es el edificio (y si el comprador va a tener que gastar más dinero en mejoras o en calefacción) o el barrio.

El portal Kasaz, creado en diciembre de 2017, es una inmobiliaria digital que ofrece un listado de pisos en función de la actividad de su barrio: si hay restaurantes, tiendas, metro, bares de copas….La idea es que los usuarios puedan elegir su nuevo hogar en función del estilo de vida que buscan. Se muestra un mapa de calor que filtra por restaurantes, turismo, compras o vida nocturna. Tiene más de 1.000 propiedades en Barcelona y en septiembre lanzarán el servicio en Madrid. “La idea es que la información sea tan precisa, exacta y completa que alguien pueda comprar un piso sin necesidad de realizar una visita previa”, cuenta Sebastien Marion, cofundador.

Fuente: El País