Queda poco más de una semana para que el Tribunal Supremo anuncie su decisión definitiva sobre el pago del impuesto de las hipotecas de actos jurídicos documentados (AJD). Aunque se da por hecho que el Alto Tribunal establezca que las entidades deben abonar este impuesto en los nuevos contratos hipotecarios, otra de las dudas que se plantea es si la sentencia tendrá efecto retroactivo.

El escenario más probable es que los bancos tengan que abonar el tributo únicamente en los nuevos contratos que se firmen. En ese caso, Moody’s estima que el sector tendría que afrontar un gasto anual de 640 millones. No obstante, la agencia considera que esta cuantía no tendría un gran impacto en la rentabilidad de las entidades puesto que tienen capacidad para transmitir parte de este gasto extraordinario a los consumidores. De hecho, algunos bancos ya han avisado que subirán las comisiones de estos productos.

No obstante, Moody’s también plantea otros dos escenarios, más dañinos para el sector. El primero de ellos es que el efecto retroactivo se limite a las hipotecas firmadas en los últimos cuatro años -el periodo máximo que fija la ley española para reclamar los impuestos no pagados- . En dicho caso, la banca tendría que afrontar un pago de 2.300 millones de euros, a los que habría que sumar 640 millones anuales. En el último y más extremo supuesto, que la retroactividad se amplíe a un plazo de tiempo más extenso, algo que la agencia considera «muy improbable», el coste podría superar los 16.000 millones de euros, teniendo en cuenta los contratos hipotecarios firmados desde 2004. 

En una nota conjunta, las principales asociaciones bancarias confían en que el Pleno del Tribunal Supremo del 5 de noviembre decida la no retroactividad del impuesto, dado que “si una sentencia nueva anula una norma vigente hasta la fecha, la ley establece que su aplicación será desde el día en que sea publicado el fallo”. Apelan a la seguridad jurídica, especialmente en el mercado hipotecario, donde los plazos de vigencia de los contratos son muy largos.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, asevera que «los cambios tributarios no pueden tener retroactividad» y defiende que, como cualquier otra industria, la banca tendrá que buscar cómo ser rentable si le aumentan los costes. Opina que lo más coherente será que, en caso de que la banca pase a ser el sujeto pasivo del AJD, tendrá que llevarse a cabo una reconsideración de las políticas comerciales. 

Fuente: Cinco Días