La cuenta atrás del Brexit acelera su ritmo y cualquier señal de estabilidad es acogida con alivio por los mercados. Por eso, aunque la decisión ya estaba cantada, el anuncio hecho este martes por el ministro de Economía de Reino Unido, Philip Hammond, de que se había asegurado la continuidad del canadiense Mark Carney como gobernador del Banco de Inglaterra hasta enero de 2020 fue aplaudido por el sector financiero y por la oposición laborista.
Es la tercera vez que Carney cambia de opinión y decide prolongar su mandato. Cuando fue elegido, en noviembre de 2012, alegó la corta edad de sus hijos para anunciar que solo estaría cinco años al frente de la máxima autoridad monetaria de Reino Unido. Después del referéndum que aprobó la salida de la Unión Europea, se comprometió a quedarse un año más. Las presiones del Gobierno de Theresa May, y su propia convicción de que los meses posteriores a la fecha fijada para el Brexit, el próximo 29 de marzo, serán especialmente complicados para el sector financiero, le han impulsado a cumplir íntegramente su mandato.
El sector euroescéptico no tiene mucha simpatía por el gobernador pero reconoce su prestigio y solvencia profesionales. Carney dirigió el Consejo de Estabilidad Financiera del G20, creado despues del estallido de la gran crisis. Frente a la obsesión del ala dura conservadora por abandonar la UE sin ningún tipo de acuerdo, Carney ha sido duro en señalar que un Brexit no negociado seria catastrófico para Reino Unido. Al mismo tiempo, sin embargo, ha sido capaz de enviar un mensaje de tranquilidad al señalar que la institución que preside lleva tiempo preparándose para lo peor y que todo estará controlado. Es la misma confianza que supo transmitir a los mercados tras conocerse el resultado del referéndum. Sus palabras lograron entonces frenar el ataque de pánico desatado en la bolsa. La oposición laborista ha celebrado el anuncio. John McDonnel, el ministro de Economía en la sombra del Partido Laborista y cerebro gris de esta formación dijo que “se sentía satisfecho” con la decisión, “que debería aportar algo de estabilidad”.
Fuente: El País