El cielo europeo está más concurrido que nunca. Los tambores de ralentización económica y la creciente conciencia ambiental no frenan de momento el impulso del sector aéreo, que en 2018 se anotó un nuevo récord con 1.106 millones de pasajeros en los aeropuertos de la UE, máximo histórico desde que hay registros. Los datos publicados este viernes por Eurostat muestran que el transporte aéreo goza de muy buena salud: la cifra de viajeros subió en todos los países de la UE, y aunque el ritmo de crecimiento se resintió ligeramente, en total aumentó un 6% frente a 2017 —63 millones más—.

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España, quinto país en población de la UE, hace valer su condición de potencia turística para ser el tercero en tránsito de pasajeros con 221 millones, muy cerca de Alemania (222 millones) y también por detrás de Reino Unido, líder destacada con 272 millones pese a la incertidumbre generada por el Brexit. Heathrow, el principal aeropuerto de la capital británica, encabeza la lista de aeródromos con 80 millones de viajeros, seguido del parisino Charles de Gaulle (72 millones), Schipol, en Ámsterdam, con 71 millones, Fráncfort Main (69 millones), y los españoles Adolfo Suárez-Madrid-Barajas (56 millones) y Barcelona-El Prat (50 millones), quinto y sexto de la clasificación respectivamente.

La agencia estadística comunitaria divide los vuelos entre nacionales, intraeuropeos y extracomunitarios. Y ahí el liderazgo se reparte: Heathrow, con una conexión privilegiada con Estados Unidos, es el gran puente entre Europa y otros continentes. Ámsterdam es el mayor hub europeo. Y Barajas concentra más vuelos nacionales que cualquier otro. Esa condición se traslada al conjunto de España: ningún país de la Unión Europea tuvo tantos pasajeros desplazándose de un punto a otro de un mismo país como España el pasado año, 40 millones.

La mejoría es generalizada. De los 30 mayores aeropuertos europeos, solo los alemanes de Hamburgo y Düsseldorf reculan en número de pasajeros. Y se aprecia una emergencia de los aeródromos del Este del continente: Budapest (+14%) y Varsovia (+13%), son los que más crecen.

La escalada del transporte aéreo tras la Gran Recesión ha sido notable. Si se toma como referencia el dato de 2010, el número de pasajeros ha crecido un 43% en ocho años. En 2018, los aeropuertos europeos recibieron a tres millones de pasajeros cada día, el equivalente a la población de la ciudad de Madrid.

Pese a que el avión se utiliza más que nunca, las compañías aéreas viven tiempos de claroscuros. La sobreoferta y el triunfo de la fórmula de bajo coste han elevado la competencia hasta el punto de provocar un importante ajuste de costes que no todas las compañías han sido capaces de emprender. Cinco compañías dominan los cielos europeos: Lufthansa, Air France-KLM, IAG, Ryanair y EasyJet, pero en el sector ven sucesos recientes como la quiebra de Thomas Cook y la compra de Air Europa por parte de IAG, como capítulos de un proceso de concentración que se prolongará en el tiempo y reducirá el número de actores.

Fuente: El País