Al límite del tiempo para verse abocada a instar el preconcurso de acreedores, Dia encontró finalmente una tabla de salvación. El máximo accionista de la cadena de supermercados, el fondo Letterone, alcanzó un acuerdo con el Banco Santander sobre la deuda del grupo, despejando el camino para que el inversor ruso inyecte el dinero que saque a la empresa de la situación de quiebra técnica en la que está y ponga en marcha su plan de rescate. El acuerdo financiero incluye aplazar la deuda hasta 2023 y nuevas líneas de liquidez por 380 millones.

Un día más, un aire de culebrón impregnó los acontecimientos en torno a la maltrecha cadena de supermercados. Ayer era el último día para que el grupo distribuidor resolviese la situación de patrimonio negativo en que se hallaba tras presentar a cierre de 2018 unas pérdidas de 352 millones de euros. Si no lo hacía, estaba abocada al preconcurso de acreedores. El máximo accionista, el fondo Letterone, era el encargado de inyectar el dinero necesario –al menos 174,9 millones de euros- una vez que había logrado con una opa el control del 70% de las acciones. Pero el fondo supeditaba esa inyección a un acuerdo con los bancos. Y ese acuerdo solo llegó en la tarde de ayer.

Para no restarle un ápice de drama a la crisis, fue la presidenta del Santander, Ana Botín, la que oficializó el acuerdo, pocas horas antes del fin del plazo y no sin suspense. En su cuenta de Twitter, Botín afirmó que «finalmente el Presidente de LetterOne se ha comprometido a trabajar para eliminar la discriminación entre bonistas y bancos de Dia, lo que creemos es un tratamiento justo. Santander, de manera responsable, ha decidido apoyar a Dia y sus empleados», unos 40.000. Esa intervención en la red social antes del cierre de mercado motivó que la CNMV afirmase que abriría lo analizaría.

La discriminación de la que hablaba Botín se refería al plan que les había puesto delante Fridman y que el viernes habían aceptado 16 de los 17 acreedores de Dia. Según dicho plan, entre otras cosas, las entidades debían aplazar a 2023 el vencimiento de un préstamo sindicado de 912 millones, sin recibir ni un euro ni de la ampliación de capital de 500 millones que promete Fridman ni de la venta de las perfumerías Clarel y los mayoristas Max Descuento. Sin embargo, este plan no ponía ningún impedimento para que los bonistas recuperen el importe de los bonos corporativos de Dia que vencen a primeros de julio.

El Santander, tenedor del 22,5% de esa deuda, no estaba dispuesto a permitir que los bonistas tuviesen preferencia. De hecho, Botín calificó esa propuesta de «injusta» en un acto en Madrid, lo que hizo pensar que el pacto no llegaría. Durante las negociaciones con los hombres de Fridman, el Santander reivindicaba que anteriormente ya había logrado un acuerdo con el consejo de administración de Dia según el cual, la venta de Clarel y Max Descuento y parte de la ampliación de capital iría destinada al pagar parte de esa deuda.

Sin vencimientos hasta 2023

Finalmente, los términos del acuerdo incluyen la mayoría de las peticiones de Fridman, es decir, el aplazamiento de los pagos de la deuda hasta el 31 de marzo de 2023, nada de amortizar deuda con la venta de Clarel y Max Descuento, con la ampliación de capital o con cualquier otro dinero que inyecte Letterone y nuevas líneas de financiación por 380 millones para que Dia pueda seguir operando. Además, la cadena se libra de algunos compromisos relativos a su ratio de deuda. A cambio, los bancos logran que Dia cree una filial donde agrupe sus tiendas más rentables y que será la titular de las deudas. En cuanto a los bonistas, se autoriza a Dia «obtener» 400 millones de euros con el objetivo de refinanciar los bonos con vencimiento en 2021, aunque se aclara a continuación que Dia «no asume una obligación de refinanciar» dichos bonos. ES decir, se abre la puerta a alguna medida respecto a los bonos.

Con todo ello, Letterone da por cumplidas las condiciones que había puesto para proceder a la ampliación de capital de 500 millones aprobada en la junta del 20 de marzo. Solo queda hacerse con la mayoría de los puestos del consejo, para lo cual pide a los actuales dirigentes «con carácter inmediato los nombramientos oportunos [de consejeros nombrados por Letterone] que le han sido comunicados» y que no tome ninguna iniciativa relativa al concurso de acreedores.

Una vez logrado el acuerdo, Letterone tiene ya vía libre para poner en marcha su plan de rescate de la cadena de supermercados, que se halla en situación crítica, con caída de las ventas y los beneficios y una deuda de 1.700 millones. El primer paso será cerrar el agujero patrimonial, de 175 millones de euros a día de hoy, lo que evita el preconcurso. Letterone habla en su nota de inyectar al menos 490 millones a través de una «ampliación de capital o préstamos participativos», una vez se liquide la opa, es decir, se pague a los accionistas que decidieron acudir a ella.

La CNMV analiza el tuit de Botín

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) asegura que no le han pasado «inadvertidas» las declaraciones de este lunes de la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, sobre la cadena de supermercados DIA con los mercados bursátiles en España abiertos, por lo que está analizándolas.

A las 16.15 horas, tras intervenir en un acto en Madrid, Botín manifestó a un grupo de periodistas, sobre las negociaciones para evitar el concurso de DIA, que el Banco Santander había tratado de llegar a un acuerdo que fuese «bueno para todos». «Como hemos dicho desde el principio, (con la propuesta planteada por el principal accionista, Mijaíl Fridman) los bonistas extranjeros reciben el 100 % y a los bancos españoles les están ofreciendo algo que realmente es muy inferior», ha explicado Botín.

La sociedad LetterOne -controlada por el magnate ruso- reveló el viernes que había llegado a un consenso con 16 de las 17 entidades financieras acreedoras de DIA para que acepten aplazar hasta 2023 el vencimiento de toda la deuda del grupo, por lo que sólo faltaba la firma del Santander, dueño del mayor porcentaje de deuda de DIA con cerca de 300 millones.

Apenas una hora después, a las 17.20 horas, Botín anunciaba en Twitter que la entidad había decidido «apoyar» a la cadena de supermercados después de que Fridman se haya comprometido a trabajar en eliminar la «discriminación» entre los bancos y los bonistas.

«Santander de manera responsable ha decidido apoyar a DIA y sus empleados», añadía la presidenta del Banco Santander, que con ese mensaje anunciaba con los mercados bursátiles aun abiertos un principio de acuerdo después de semanas de intensas negociaciones.

DIA ha caído hoy en Bolsa un 0,641% y el Banco Santander un 1,59%.

Fuente: El País