Se dedican a inventar líneas de productos de salud y cuidado personal que etiquetan con marca propia y venden por Internet a través de un sistema de suscripción mensual. Su lema: “Las lentillas diarias no son caras. La distribución ineficiente lo es”. La start-up Neboola, nacida en 2017, cerró el año pasado con una facturación que rozó el medio millón de euros. En su primer ejercicio registró pérdidas de 45.000 euros. Habían nacido gracias a una ronda de financiación inicial de dos millones de euros y preparan otra con capital extranjero para los próximos meses. Ese capital semilla les permitió lanzar su primera marca en junio, Loopas. Con ella venden lentillas de uso diario a cerca de 40.000 clientes en España, Italia, Alemania, Francia y Polonia. Su proveedor es Soleko, una empresa que, dicen, tiene más de 30 años de experiencia y cuenta con todas las certificaciones europeas requeridas. No esperan beneficios próximamente.

“Queríamos crear una empresa nativa digital con un catálogo de marcas propias para el consumidor final, como P&G o Unilever”, explica Daniel Marcos, uno de los dos fundadores. “El 75% de los clientes compra sus lentillas diarias por el canal físico, a una óptica que le despacha un producto de terceros. También venden multimarca algunas webs. Creemos que ambas cosas son ineficientes y encarecen el proceso de compra, por eso queríamos una marca propia”.

Eliminar intermediarios y conseguir clientes fidelizados cada mes, especialmente aquellos acostumbrados a comprar a través de la Red, es su objetivo. Junto a Marcos está Kike de Mateo, el otro socio. Completan la plantilla 34 trabajadores que conforman los equipos de operaciones, atención al cliente, producto, análisis, marketing, contenidos, tecnología, entre otros, “todos muy enfocados en vender”.

Esta forma de comercio electrónico que despacha productos personalizados saca buen partido de los datos de los clientes. Esto les ayuda a que la empresa lance más rápidamente nuevas líneas de producto. Por ejemplo, cuando saquen la próxima, de vitaminas, minerales y otros complementos que también se recibirán en casa por suscripción, cada cliente tendrá que dar información para que la nutricionista que trabaja ya en plantilla haga los diagnósticos. “Te haremos preguntas sobre tu estilo de vida: en base a quién seas, tus hábitos”, añaden los socios. Esto ayudará no solo a enviar productos muy personalizados, también a trazar patrones para poder abrir otras nuevas marcas. “El valor del dato es fundamental para nosotros. Nos va a permitir que nuestro siguiente producto pueda atacar al cliente por todo lo que ya sabemos, o sea, venta cruzada. Gracias a los datos sabemos qué se demanda más y podemos enfocar mejor nuestros productos nuevos”, cuentan.

No son nuevos en esto, ambos son ingenieros con experiencia en emprendimiento e intraemprendimiento. “Hemos montado y vendido muchas cosas. Teníamos las palancas y conocimientos para levantar capital”, apuntan.

Estructura escalable

En la estrategia de los socios siempre estuvo crear una estructura rápidamente escalable, con plantilla propia en Madrid y alianzas estratégicas en logística y operaciones en los países donde abren mercados. “Hicimos una primera inversión en stock y empezamos a operar en España. Crecimos muy rápido, pronto vimos potencial. Desde septiembre operamos en otros países”, aseguran. Ahora tienen la mirada puesta en Latinoamérica, donde quieren instalarse antes de que acabe el año. Aprovechan que sus productos no están extendidos (todavía). Pero por poco tiempo. En Reino Unido tienen competencia, y otras empresas de Estados Unidos trabajan con productos parecidos. Así que Marcos y De Mateo se muestran convencidos de que tendrán competencia pronto “porque el sistema funciona”.

Su perfil de cliente es la gente joven que utiliza Facebook e Instagram. “En el sector de las lentillas o de las vitaminas no hay sentido de pertenencia a la marca. La gente no sabe ni qué marca de lentillas usa. Queremos que eso cambie”, resumen los dos socios.

Fuente: El País