El mercado del vino mueve 28,8 mil millones de dólares (25,8 mil millones de euros) al año, según anunció la crítica de vinos del Financial Times, Jancis Robinson, durante el congreso FT Buisness of Luxury Summit celebrado este lunes en el hotel Palace de Madrid. Una industria en la que Estados Unidos es el primer mercado, continúo la experta, aunque otras regiones, como es el caso de China, también comienza a despuntar.

En el frente opuesto, el de la producción, el calentamiento global está cambiando el paradigma del vino. “Debemos ser conscientes del efecto del cambio climático. Hay zonas en las que nunca hubiéramos pensado para hacer un vino buenísimo”, aseguró Robinson, quien apuntó hacia países como Canadá, Reino Unido o Alemania, entre otros. En esta línea, el recién nombrado director general de Tempos Vega Sicilia, Antonio Menéndez, se mostró orgulloso de su bodega en Hungría, Oremus. “Es el complemento perfecto para nuestra marca. Allí producimos nuestro primer vino blanco seco, que además es el más asequible de nuestra cartera”, comentó en referencia al Mandolás, elaborado con furmint de Tokaj. En ese mismo lugar elaboran otro vino, aunque en esta ocasión, el más caro de su catálogo, Eszencia, cuyo precio en España oscila entre los 500 y 600 euros por botella.

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En este nuevo contexto, la bebida que más se disfruta no siempre es la más idónea a la hora de invertir, advirtieron los expertos durante la mesa redonda Comprar vino para el placer y la inversión. “En Burdeos hay vinos muy buenos para tomar por 10 euros la botella, pero si se quiere ganar dinero, hay que irse más arriba”, desarrolló el director de vinos de Berry Bros. & Rudd, Simon Staples. El directivo, quien reconoció no invertir en nada que no le apasione, recomendó no bajar nunca de los 600 euros por una caja de 12 botellas si se pretende obtener algún rendimiento económico, pues además del precio del producto, hay que tener en cuenta los gastos de almacenamiento, el cambio de divisas y los impuestos.

En esta línea, Staples aconsejó a los expertos en lujo que asistieron al congreso apostar por valores seguros y con un gran reconocimiento. “Hace cinco años quizá se podría obtener rentabilidad con una marca de segunda línea, pero ahora no”, insistió. El experto señaló nombres como Petrus, que sacará a subasta una caja de la añada de 1989 estimada en 30.000 libras (34.000 euros), una puja organizada por Christie’s para el próximo 5 de junio. Una idea que también apoyó el director general de Tempos Vega Sicilia. “El nombre y la marca son fundamentales, por lo que trabajamos por consolidar la nuestra en los próximos años y lograr vinos que se puedan mantener en una línea exponencial de ventas”.

Sin embargo, si se opta por apostar por marcas incipientes, conviene “que sea exclusiva, selecta y de gran calidad. En este sentido, la materia prima, la uva, es la clave”, prosiguió Menéndez. Aunque se debe ir siempre con mucha cautela. “Desconfiad de quienes se acerquen para recomendaros invertir en un nombre desconocido. Hay que fijarse mucho en los códigos y sospechar de las etiquetas poco claras”, advirtió Robinson. Una recomendación a la que Staples añadió una más: acudir siempre a tienda con garantías. “Existe mucho vino falso”, avisó el experto. El verano pasado, la Guardia Civil desmanteló una organización que se encargaba de falsificar botellas de Pingus, Flor de Pingus y Vega Sicilia Único. En algunos casos, llegaron a vender por 1.900 euros ejemplares que contenían un vino de 19 euros.

Otro pilar para impulsar el crecimiento de la industria es apostar por las nuevas generaciones. “Es fundamental compartir el conocimiento con los jóvenes, plantearlo como algo saludable para que esté dentro de su ADN”, desarrolló Staples. Uno de los objetivos es atraer a las nuevas generaciones, que tienden a preferir la cerveza, que frente a los 25,8 mil millones de euros del vino, mueve anualmente 537 mil millones de euros. “En países como Francia o Suiza, donde hay mucha cultura enológica, las nuevas generaciones comienzan a consumir esta bebida a la vez que otros licores”, insistió el portavoz de Berry Bros. & Rudd. No es el caso de España, donde el consumo de vino, a pesar de ser un país productor, es de los más bajos: el consumo per cápita es de 21,48 litros, mientras que en Francia es de 40,47 litros y en Portugal, de 46,56 litros. “Hay que ofrecer calidad a los jóvenes para que se involucren en el sector”, afirmó Menéndez.

Fuente: El País