La constructora italiana Atlantia, propietaria de Autostrade per l’Italia, la concesionaria de la autopista en la que se produjo el derrumbe que ha costado la vida a 38 personas en Génova, sufre un fuerte desplome en la Bolsa de Milán, superior al 20%. Tras la jornada de ayer, festiva en los parqués italianos, la empresa está pagando el anuncio del Gobierno de Roma de retirarle la concesión. La caída de Atlantia está arrastrando a la española ACS, su socia en la compra de la concesionaria española Abertis.

MÁS INFORMACIÓN

Los futuros ya anunciaban una caída cercana al 20% de Atlantia en la Bolsa de Milán, que se suman al 5% que perdió el martes, cuando se produjo el derrumbe del puente Morandi, en la autopista A-10 que cruza Génova. De hecho, ha tardado bastante en salir a cotizar, ante la fuerte volatilidad que afectaba a las acciones después de que ayer, el Gobierno italiano culpase de la tragedia a Autostrade, la filial de autopistas de Atlantia, por el mal mantenimiento del víaducto derrumbado y anunciase que iniciaría los trámites para retirarle la concesión, aunque el primer ministro, Guiseppe Conte, no especificó si la de esa vía o la de los 3.000 kilómetros de autopistas que gestiona en el país. Además, el vicepresidente Luigi di Maio, propuso una sanción de 150 millones de euros a la empresa y pidió la dimisión de la cúpula de Autostrade.

Ante este panorama, los inversores huyen de Atlantia, que ha abierto con una caída del 23,5%, con lo que la empresa pierde más de 4.500 millones de euros de capitalización bursátil. A medida que avanzaba la sesión, la caída se ha ido estabilizando en torno al 25%.

Tras la italiana, otros operadores europeos de autovías están sufriendo castigo en Bolsa. En España, donde el Ibex ha iniciado la jornada con ligeras ganancias, la constructora de Florentino Pérez, ACS, es la peor del índice en los primeros compases, con una caída cercana al 5%. Se da la circunstancia de que ACS, a través de su filial alemana Hochtief, es socia de Atlantia: han presentado una OPA conjunta por Abertis, la concesionaria española de autopistas, con lo que se creará al final del proceso un gigante mundial de las vías de peaje.

Ya antes de hacerse con el control de Abertis, Atlantia era el mayor gestor europeo de autopistas y controla la mitad de las vías de peaje en Italia. Creada en los años 50, fue privatizada en 1999 y ahora está controlada por el grupo Benetton. Gestiona más de 5.000 kilómetros de autopistas en Italia (3.020 kilómetros en Italia), Brasil, Chile, India y Polonia, además de cinco aeropuertos en Europa, entre ellos los dos de Roma. En 2017 ingresó más de 6.000 millones de euros, con un resultado de explotación de 3.700 millones. Su principal accionista, con un 30,25% del capital, es la sociedad Sintonía, propiedad a su vez de Edizione, el brazo inversor de la familia Benetton. Muy lejos, con un 8,14%, está el fondo singapurense GIC, el estadounidense Blackrock (5, 12%), la fundación de la antigua Caja de Ahorros de Turín, Fondazione Cassadi Risparmio di Torino (5,06%) y el banco chino HSBC (5,01%). El 45,46% de las acciones está en manos de accionistas minoritarios.

Respuesta de Atlantia

Tras las amenazas del Gobierno, Atlantia ha emitido un comunicado este jueves en el que afirma que la revocación de la concesión de la A-10 u otras vías puede acarrear perjuicios para accionistas y bonistas de la empresa. El grupo se queja de que el anuncio de la retirada se produjo sin que la empresa haya recibido ninguna notificación y sin que haya mediado una investigación de las causas del derrumbe del puente. Atlantia recuerda que, en caso de rescisión del contrato, «se debe pagar al concesionario una indemnización igual al valor residual de la concesión».

Fuente: El País