Estados Unidos da un nuevo paso en el proceso de normalización de la política monetaria y abre así más la brecha con el resto de las grandes economías avanzadas. La Reserva Federal (Fed) elevó este miércoles los tipos de interés a entre el 2% y el 2,25%, tras un incremento de un cuarto de punto. Es la octava vez que se encarece el precio del dinero en un ciclo que arrancó hace casi tres años y anticipa que seguirá retirando los estímulos para evitar un recalentamiento de la economía.
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Es el tercer incremento que se decide con Jerome Powell como presidente, quien hasta ahora se había limitado a seguir la partitura marcada por la expresidenta Janet Yellen para una retirada gradual de los estímulos monetarios y no se deja tampoco influir por las presiones de Donald Trump para que la detenga. El precio del dinero está así al nivel de abril de 2008. La previsión es que vuelva a subir otra vez en diciembre, pasadas las elecciones legislativas, sería la cuarta ocasión de este año.
Aunque quizás lo más relevante en esta reunión es que la Fed optó por retirar el término “acomodaticio” cuando en el comunicado final hace referencia al curso de la política monetaria, que sirve para indicar al mercado si la estrategia busca estimular o restringir el crecimiento económico. Es otra señal de que la Fed está cada vez más cerca de lograr una posición neutral en los tipos de interés. «No representa un cambio de política», aclaró Powell, «es reflejo de que las cosas van en línea con las expectativas».
La pregunta que se hace Wall Street es dónde está el centro en el seno del comité de política monetaria, para encontrar un equilibrio entre los miembros partidarios de ser más agresivos y los que prefieren ser más cautos. Powell insiste en que su estrategia se basa en los datos económicos que tienen en cada momento. No quiere dejar el pie sobre el acelerador más de lo debido, pero tampoco pasarse con el freno. «La señales son muy buenas», afirma, «aunque no sean perfectas».
La encuesta interna que cada tres meses publica la Reserva Federal refleja que sus miembros prevén tres posibles incrementos más durante 2019. El tipo se ve en el 3,4% durante 2021, antes de asentarse en el 3% en el largo plazo. El análisis económico, sin embargo, anticipa que EE UU crecerá un 3,1% este año (lo revisa tres décimas al alza) y que se moderará a un 2,5% el que viene (una décima mejor que en la previsión anterior), para de ahí bajar al 2% en 2020. La tasa de paro, entre tanto, rondará el 3,7% este año y bajará al 3,5% el que viene.
El debate interno sobre dónde está realmente el tipo neutral es intenso, como reflejan las intervenciones públicas de los presidentes de los bancos regionales que integran el sistema de la Fed. Una de las hipótesis que se maneja es que el banco central pueda hacer una pausa cuando los tipos toquen el 3% para analizar la situación y definir con calma el curso a seguir a partir de ese momento.
Eso si la inflación sigue dejando margen, como hasta ahora. La Fed afirma en su comunicado que está «cerca del objetivo a medio plazo del 2%». Está por ver aún que los estímulos fiscales adoptados por la Administración de Donald Trump y el alza de los salarios eleven la presión del lado de los precios que paga el consumidor. Pero en paralelo está la duda de qué pasará en la economía cuando la rebaja de impuestos pierda fuerza.
Escalada comercial
La reunión de la Fed se celebra en la escalada en el litigio comercial con China. Los datos más recientes constatan que le economía progresa con solidez y no reflejan aún un impacto derivado de las medidas proteccionistas. Una guerra entre las dos potencias a cuerpo abierto podría a la vez acelerar la inflación y llevar a las empresas a reducir sus inversiones y al consumidor el gasto. Powell precisa en todo caso que el impacto «en este momento es demasiado pequeño como para poder detectarlo».
Por todo esto la Fed justifica el último incremento asegurando que los riesgos al alza y a la baja para la economía están en este momento equilibrados. «Las vulnerabilidades son moderadas», añade Powell. Pero en público, sus miembros muestran una clara división sobre la rapidez con la que se debe actuar. La clave al anticipar el curso de los tipos de interés, insisten desde Morgan Stanley, está en entender como progresará la curva del crecimiento a largo plazo.
La configuración interna de la Fed influirá también en la discusión. Esta reunión fue la primera del vicepresidente Richard Clarida. William Dudley acaba de retirarse del comité tras abandonar la Reserva Federal de Nueva York. Estos cambios refuerzan la voz de miembros como la gobernadora Lael Brainard, que defienden que el alza de tipos continúe pese a que la inflación esté contenida.
Fuente: El País