Posiblemente fuera buena para el cultivo de lúpulo, pero la pasada primavera, abundante en lluvia y con temperaturas más bajas de lo habitual, no sentó demasiado bien a las cerveceras. De hecho, para Mahou San Miguel, la primera cervecera de España en facturación, el trimestre entre marzo y junio fue «muy, muy malo», según confiesa su director general, Alberto Rodríguez-Toquero. Merced a ese bache y a un primer trimestre «no muy bueno» y pese a un verano positivo, las ventas del grupo en volumen crecen solo un 2% a cierre del tercer trimestre, por debajo de las previsiones.

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La empresa, que prefiere no dar las cifras de facturación hasta el cierre del ejercicio, no detalla la caída en el segundo trimestre, pero Rodríguez-Toquero, que recibió a EL PAÍS en la sede de la empresa en Madrid, abunda: «Será recordado como un trimestre muy malo», que ha lastrado en cierta medida el ejercicio, pues el 55% de las ventas procede del canal hostelero. «Teníamos mejores expectativas, pero hemos tenido que enfrentar una serie de factores adversos, fundamentalmente climatológicos», admite. El año pasado, la cervecera, que además de las marcas que le dan nombre tiene en su cartera Alhambra y participaciones en las estadounidenses Founders y Avery Brewing y las españolas Nómada y La Salve, así como el agua Solán de Cabras, facturó 1.262,2 millones de euros, un 3,4% más que en 2016 y su máximo histórico.

No obstante, la meteorología ayudó a compensar en el exterior el bajón primaveral de ventas en España. La ola de calor en Europa Central al principio del verano, que sustrajo efectivos al sector turístico español, impulsó las exportaciones. «Mucha gente se quedó en su país de origen porque hacía buen tiempo y eso ha terminado en un muy buen resultado a nivel internacional», resume Rodríguez-Toquero. Además de las exportaciones, Mahou está presente en Chile, en EE UU con las marcas mencionadas y en India. En total, el sector exterior supone un 13% del volumen vendido, 1,8 millones de hectolitros. «El negocio internacional crece de manera sostenida a doble dígito, nuestro reto es ser una compañía más diversificada geográficamente», afirma, en la que el 20% del negocio proceda de fuera, sin plazos rígidos.

«Eso no quiere decir que no haya oportunidades de crecimiento en España», matiza Rodríguez-Toquero, que no descarta entrar en empresas como La Salve, cervecera bilbaína resucitada en 2015 y de la que tienen el 42,9% de la propiedad. Pero pone el foco sobre todo en el extranjero, especialmente en EE UU. «Nos gusta porque ha sido un mercado pionero en resucitar y poner de moda la cerveza, aunque miramos en todos sitios», explica el directivo, que apunta también a Europa como campo para «explorar oportunidades». Y no descarta ningún formato. «El plan estratégico para 2020 contempla un crecimiento equilibrado entre orgánico e inorgánico (compras)», enfocado en la cerveza pero sin perder de vista el agua (recientemente han adquirido una participación en Aguas del Valle de la Orotava, en Tenerife).

Cerveza premium

La pata orgánica del crecimiento, cuenta, ha de venir en buena medida de los nuevos productos, innovaciones y «premiumización» de las marcas, como Mahou Barrica o Maestra, San Miguel Manila o Alhambra 1926. Que, además, son más rentables. En 2017, estas especialidades acapararon un 36,5% del crecimiento en volumen y un 60% del crecimiento de las ventas. Es decir, son más rentables. Si un litro de Mahou clásica apenas supera el euro por litro, la Barrica se va a más de cinco y la Casimiro Mahou, a nueve. «Otro de nuestros objetivos es incrementar la premiumización e innovación en nuestra gama de productos, para que en 2020 sea el 10% de las ventas; ahora suponen un 5%, el esfuerzo es muy importante», señala Rodríguez-Toquero.

«La tendencia del consumidor va por ahí, en los últimos cinco años, ese segmento de cervezas de especialidades se ha duplicado, y nosotros hemos ganado cuota, es decir, estamos creciendo por encima de lo que crece el segmento», afirma Rodríguez-Toquero. Como respuesta a esa tendencia, además de las especialidades, Mahou ha invertido en instalaciones. Dentro de su fábrica de Alovera (Guadalajara), la segunda más grande de Europa, han abierto una microcervecería donde se elabora Mahou Barrica y Nómada y donde se hacen pruebas de nuevas recetas. Y en 2019 abrirán un brew hub en Córdoba, una pequeña cervecería donde se elaborará cerveza de terceros. «Aquellos que no tienen escala o recursos para su propia instalación podrán pedir que se les elabore su receta allí», explica Rodríguez-Toquero.

Fuente: El País