Aston Martin debería perder las rayas de carreras. El rango de precios del fabricante de automóviles de gama alta de Reino Unido para su debut en el mercado en octubre, publicado el jueves, implica un precio máximo de las acciones de 5.800 millones de euros (5.100 millones de libras). Aunque el fabricante de los coches de James Bond tiene una lujosa marca, todavía no está totalmente adaptado al carril más rápido.

La compañía planea ofrecer un cuarto de sus acciones entre 17,50 y 22,50 libras cuando comience a cotizar, el 3 de octubre. Si se incluye una deuda neta actual de 1.000 millones de euros (887 millones de libras), eso daría al grupo un valor empresarial de entre 5.500 y 6.800 millones de euros.

La parte superior de esa gama parece un poco estirada. Asumiendo ganancias antes de impuestos, intereses y depreciación de 400 millones de euros (355 millones de euros) el próximo año, basadas en 7.100 unidades vendidas a 226.000 euros (200.000 libras) cada una y un margen del 25%, el múltiplo a futuro de Aston Martin sería casi de 17 veces el ebitda. La media del sector de los artículos de lujo es inferior a 16 veces y Ferrari cotiza a 20,1 veces.

El problema es que el rival italiano de Aston Martin acaba de subir el listón al prometer en su plan de negocios a principios de esta semana unos márgenes de ebitda superiores al 38% en tan solo cinco años. Eso parece difícil de igualar para el fabricante de automóviles británico. Los márgenes de Aston Martin se situaron en el 23% en los primeros seis meses del año. La empresa promete superar el 30% “a medio plazo”, pero no ha fijado una fecha firme para ese compromiso.

En la mitad del rango, Aston Martin tendría un valor de capital de 5.000 millones de euros (4.500 millones de libras). Eso encajaría mejor en la media del sector del lujo, a la vez que ofrecería a los inversores algo a lo que aspirar en vista de la promesa de la empresa de un mejor margen.

Y dado que las plantas de producción de Aston Martin están en Reino Unido, se requiere un descuento contra las incertidumbres del brexit.

Todo ello pone de manifiesto la necesidad de reducir ligeramente la velocidad.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días