Europa le pide a la aerolínea irlandesa Ryanair que aterrice a la realidad. Y que cumpla con las legislaciones laborales de cada país. La empresa se ha enfrentado este viernes a una nueva jornada de huelga en seis países europeos, que ha afectado a 50.000 pasajeros y ha provocado la cancelación de 250 vuelos en España, Portugal, Italia, Alemania, Bélgica y Holanda. En España, el paro ha dejado sin viajar al menos a 16.000 personas y la compañía ha suspendido 84 vuelos.

La huelga, a la que han sumado 1.800 tripulantes de cabina y 1.000 pilotos en toda España, según ha afirmado Antonio Escobar, portavoz del Sindicato de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (SITCPLA), ha tenido a las ciudades de Valencia, Alicante, Palma de Mallorca y Barcelona como las más afectadas. Según los dos gremios del sector, SITCPLA y la Unión Sindical Obrera (USO), el seguimiento de los trabajadores no sujetos a los servicios mínimos ha sido del 90%.

Los sindicatos europeos sostienen que pierden derechos por la decisión de Ryanair de aplicar la legislación de Irlanda a sus trabajadores, a pesar de que no vivan ni vuelen hacia allí.

En el caso de España, los empleados no gozan de los 30 días de vacaciones que establece la ley, sino que tienen 20 días; no cuentan con un seguro de accidentes de trabajo y, si no pueden trabajar por razones de salud, no cobran el salario, remarca Escobar.

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La Unión Europea (UE) anima, hace tiempo, a Ryanair a que cumpla con el pedido de los sindicatos. La comisaria de Trabajo de la UE, Marianne Thyssen, ha pedido esta semana a la compañía que comience a aplicar las legislaciones nacionales a sus empleados .

El próximo miércoles 3 de octubre los gremios europeos se reunirán con las autoridades de Trabajo y Transporte de la UE para reafirmar su posición, que este viernes ha contado con el apoyo de Humbertus Heil, ministro de Trabajo de Alemania, quien ha dicho que “Alemania no es una república bananera” en la que las empresas pueden saltarse la legislación nacional.

El paro de este viernes ha sido el tercero que ha afrontado la compañía irlandesa en el año, tras los que que fueron convocados el 25 y 26 de julio, que dejaron más de 600 vuelos cancelados en Europa -400 vuelos suspendidos en España- y afectaron a 75.000 viajeros -alrededor de 50.000 en España-.

Fuente: Cinco Días