Las sociedades prosperan porque detrás hay instituciones públicas fuertes y estables. Esta es la premisa del programa que la Fundación Botín lleva diez años impulsando en América Latina para fomentar la excelencia en la función pública y que celebró su aniversario esta semana en Colombia. «La idea fuerza es que al final lo que explica que en una sociedad haya un desarrollo económico y social sostenido y sostenible en el tiempo básicamente es el buen funcionamiento de las instituciones públicas», explica a EL PAÍS Íñigo Sáenz de Miera, director general de la fundación. En una región especialmente golpeada por turbulencias políticas, el proyecto busca centrarse «en una cosa muy concreta pero que al mismo tiempo va al origen del problema». «Entonces decidimos poner en marcha un programa para intentar que más de los mejores se dediquen a lo público. Separando el Gobierno del Estado. No estamos hablando de que se dediquen a la política, sino al Estado».

Los 32 estudiantes latinoamericanos que se sumaron a esta edición del Programa para el Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina de la Fundación Botín empezaron hace un mes su formación en Santander y viajaron a Estados Unidos y Colombia. El objetivo es ahondar en la capacitación de jóvenes e invertir sus conocimientos para liderar cambios en sus países. “El 65 % de los participantes en las nueve ediciones anteriores trabajan ya en el sector público, contando entre ellos con varios alcaldes, funcionarios del poder judicial, funcionarios en organismos internacionales, ministros regionales o diplomáticos, entre otros”, señala la entidad.

En el encuentro, celebrado el miércoles y el jueves en Cartagena de Indias, participaron Felipe González, que viajó al país andino para presentar Palancas, una iniciativa de su fundación que busca promover el consenso a través de pequeñas reformas, y el mandatario colombiano, Iván Duque. El expresidente español conversó con Sáenz de Miera sobre el futuro de la región y los retos de sus economías más allá de las posiciones ideológicas. En una línea parecida, Duque resaltó que “hoy los debates no son tanto entre izquierda y derecha, sino entre demagogos y pedagogos”.

«Un movimiento por lo público»

Precisamente la vocación por lo público como cimiento del crecimiento para superar las visiones cortoplacistas de las batallas políticas es la base de este programa, que echó a andar en la Universidad de Georgetown University de Washington. “Las fundaciones tenemos esta obligación porque tenemos la posibilidad de trabajar con luces largas”, continúa Sáenz de Miera. «El objetivo de este encuentro no era tanto celebrar sino aprovechar el trabajo hecho. Tenemos una red entre los 350 que participaron en las ediciones anteriores y vamos a intentar transformarla en un movimiento por lo público. No hay tanta gente que haya conseguido que una red de antiguos alumnos de algo no solo estén contacto sino que hagan cosas juntos». Hace un año la fundación, presente en 17 países de América, les animó a presentar proyectos, ideas para mejorar el funcionamiento del sector público. Y tras una selección de más de 200 trabajos, los cinco mejores fueron debatidos en Cartagena para su aplicación en la región.

El organismo, creado en 1964 por Marcelino Botín, firmó además esta semana en Bogotá un acuerdo con la Fundación Felipe González, Bancolombia y la Universidad de los Andes para exportar el proyecto Palancas, ya aplicado en España, que persigue «reunir a un centenar de personas alrededor de un objetivo común». Se trata de «aportar, sin distingo de su procedencia e ideología, mejoras simples y concretas que ayuden a mejorar la vida de las personas». Una suerte de «revolución de las pequeñas cosas», destacó Rocío Martínez Samper, directora de la Fundación Felipe González. Pequeñas reformas realizables que, en el fondo, suponen la base de la convivencia y el crecimiento, paso a paso, de una sociedad. 

Fuente: El País