Angela Ahrendts, la ejecutiva que expandió y convirtió las tiendas físicas de Apple en plazas públicas, dejará en abril la compañía que fabrica el iPhone. La directiva también estaba al frente de la plataforma electrónica, tras enrolarse hace cinco años en el equipo que dirige Tim Cook. Previamente había trabajado en Burberry y se había especulado en numerosas ocasiones con que la posibilidad de que estuviese en la futura línea directa de sucesión para hacerse con las riendas de la empresa de la manzana, uno de los mayores conglomerados tecnológicos del planeta.

El anuncio se hizo este martes al cierre de Wall Street, una semana después de que la firma tecnológica presentase resultados trimestrales. Deirdre O’Brien, que lleva tres décadas trabajando para Apple, asumirá el cargo, con rango de vicepresidenta ejecutiva, y mantendrá además las funciones que venía desempeñando hasta ahora de relaciones con los empleados y el desarrollo de talento.

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Ahrendts desmintió siempre los rumores sobre su posible ascenso al puesto de consejera delegada de Apple, que tachó de “estupidez”, a pesar de que su sueldo —de 26,5 millones de dólares— casi duplicaba al de Cook —cuya retribución no procede tanto del salario que percibe de la empresa sino de la evolución de su importante paquete accionarial—. Hace poco más de un mes reconoció en una entrevista que echaba de menos el mundo de la moda, y la justificación de su salida ha ido por los mismos derroteros: motivos personales y la necesidad de emprender nuevas aventuras profesionales.

Respondió a la llamada de Apple cuando el producto estrella de la firma californiana, el iPhone estaba en pleno apogeo. Se vio atraída —además de por el jugoso paquete retributivo que le ofrecían— por formar parte de una de las compañías más relevantes del planeta. También por la misión de conectar a la gente entre sí. Y se concentró en apuntalar la reputación de la marca a través de sus tiendas, convirtiéndolas en puntos de encuentro independientes. El modelo fue rápidamente replicado por otras compañías del sector.

El alma de Apple, afirma Cook en la nota en que se hace público el relevo, “es nuestra gente”. Sus tiendas cuentan en la actualidad con 70.000 empleados por todo el mundo, repartidos en 506 locales en los cinco continentes. También operan 35 portales electrónicos de venta. Su reemplazo, O’Brien, conoce bien esta unidad de negocio porque participó en su desarrollo desde el inicio.

La llegada de la antigua consejera delegada de Burberry a Apple se entendió como una transición de una compañía que fabricaba productos electrónicos hacia una marca de lujo. El cambio se anuncia, sin embargo, tras una temporada de compras navideñas en la que cayeron los ingresos por primera vez en más de una década para ese periodo. En paralelo, las acciones de la compañía han perdido más de un 15% de su valor en los últimos seis meses, en un contexto general de depreciación de las firmas cotizadas en todo el mundo.

Fuente: El País