La economía española sigue aguantando en medio de la ralentización europea. Sin embargo, también acusa la incertidumbre global y crece cada vez a menor ritmo. Según la estimación adelantada del INE publicada este miércoles, entre abril y junio el Producto Interior Bruto creció un 0,5% trimestral y un 2,3% interanual. Se trata de una clara desaceleración respecto al 0,7% y el 2,4% registrados entre enero y marzo, cuando sorprendió la robustez de los datos nacionales frente a los de la zona euro. Este martes la economía francesa sólo avanzó un 0,2%. Y se espera que hoy mismo la eurozona registre un crecimiento también del 0,2%.

Las cifras españolas vienen precedidas de unas estadísticas trimestrales que perdieron bastante fuelle y que anuncian una ralentización: por un lado, el consumo minorista. Por otro, según la Encuesta de Población activa, el empleo una vez restados los efectos propios de la estación del año solo creció un 0,4% entre abril y junio frente al 0,7% anotado en el trimestre anterior.

«Destaca el debilitamiento de la inversión, que puede estar empezando a resentirse por las incertidumbres internacionales, la fragilidad de la economía europea o la crisis del sector automóvil», explica María Jesús Fernández, analista de Funcas.

Fuente: El País