Mientras el coronavirus golpeaba con fuerza Europa, a finales de febrero y en marzo, otra escalada empezó a manifestarse: la del euríbor, el índice que sirve para calcular el tipo de interés que paga la aplastante mayoría de los tenedores de un préstamo hipotecario variable en España. La tendencia alcista se confirma este mes por segunda vez consecutiva, ya que el euríbor cierra abril en torno a -0,106, frente al -0,266 registrado en marzo y al -0,288 en febrero. La inyección de liquidez decidida por el Banco Central Europeo (BCE) como respuesta a la crisis provocada por la pandemia de Covid-19 y el temor a un aumento de la tasa de morosidad por parte de las entidades del Viejo Continente explican en gran medida esta fuerte subida, según los expertos.

Pese a que los analistas prefieren hablar de una situación todavía impregnada de grandes dudas sobre el futuro y creen que en el horizonte más inmediato no se vislumbra un euríbor que cotice en terreno positivo —el índice se instaló por debajo del cero hace más de cuatro años, y allí sigue—, el efecto de la subida ya es palpable, aunque extremadamente leve. Más allá del hecho de que un usuario que pida ahora una hipoteca variable la pagará más cara que hace un mes, si se confirmara el cierre provisional de abril (faltan todavía los datos de los dos últimos días) se encarecerían también los préstamos antiguos que se tengan que revisar ahora. El mismo mes de año pasado el euríbor estaba en el -0,112%, lo que supondría ahora un ligero ascenso de apenas 0,6 puntos básicos.

De esta forma, en el caso de una hipoteca de 150.000 euros a 30 años con un tipo de interés formado por el euríbor más un diferencial del 0,99% (uno de los más comunes en el mercado en estos momentos), el incremento en la cuota a pagar en los próximos 12 meses será de 0,39 euros o, lo que es lo mismo, 4,68 euros en el conjunto del año, según calculan desde el comparador bancario iAhorro. Un aumento que casi no notarán los hipotecados, pero que constituye un pequeño cambio de tendencia en la variación interanual del euríbor (en marzo el índice cerró 16 puntos básicos por debajo del nivel que había registrado un año antes, por lo que los préstamos que se revisaron hace un mes se abarataron).

El mercado interbancario se encarece

“Si seguimos con esta tendencia, el euríbor podría llegar a cero a medio plazo”, dice el director de Hipotecas del comparador, Simone Colombelli. “La incertidumbre está provocando estas leves subidas y bajadas, pero no creo que se produzca un cambio radical de tendencia y que el índice cierre el año en positivo”, vaticina. “Parece que ya se ha estabilizado, después de las fuertes subidas en marzo y, sobre todo, a principios de este mes de abril”, señala, en la misma línea, Joaquín Robles, analista del broker financiero XTB.

La primera razón por la que se incrementa el euríbor estriba en las últimas decisiones del BCE. El índice es el reflejo del tipo de interés que cada día aplican para prestarse dinero entre ellos los 18 bancos que forman parte del panel del Instituto de los mercados monetarios europeos (EMMI, por sus siglas en inglés, el gestor del euríbor). Pero, en lugar de acudir a este mercado interbancario, para las entidades es ahora mucho más conveniente utilizar las inyecciones de liquidez que el BCE pone a su disposición con el objetivo de evitar una crisis crediticia como la que ocurrió en 2008. De ahí que el euríbor se encarezca, según el análisis de Robles.

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Temores por el endeudamiento de los hogares

El miedo que expresa este analista es que el aumento de la tasa de morosidad, derivada de la merma de ingresos en los hogares por efecto de la crisis, provoque no solo un endurecimiento de los requisitos que los bancos exigen al cliente para concederle una hipoteca, sino también de su coste. En cualquier caso, las entidades podrían estar descontando este temor a través de un aumento del tipo de interés que se aplican en el mercado interbancario, al prestarse dinero entre ellas, lo que redundaría en un incremento del euríbor. “En los resultados bancarios ya estamos viendo que la gran parte de la reducción de sus beneficios está causada por la dotación de provisiones destinadas a compensar los préstamos incobrables”, afirma Robles.

De hecho, “a las entidades financieras les preocupa que los ERTE a los que están sometidos unos hipotecados puedan convertirse en ERE y esto conlleve un mayor riesgo para ellas”, coincide Colombelli de iAhorro. “Ahora la principal preocupación para los bancos es el mercado laboral y cómo su recuperación puede afectar al endeudamiento de las familias”, insiste.

Aun así, en un entorno de tipos generales del BCE en cero, Robles, de XTB, duda de que el euríbor llegue a cotizar en terreno positivo en el corto plazo. “Me costaría creerlo”, dice este analista, aunque admite que todo dependerá de la evolución de la economía, sobre la que expresa más de una duda: “Por mucho que se venda optimismo diciendo que los estímulos alentarán la recuperación, las previsiones indican que esta podría no ser tan rápida”.

Fuente: El País