La banca española cumple de sobre con los requsitos de solvencia exigidos por el Banco Central Europeo (BCE) para este año, según han comuicado CaixaBank, Bankia, Sabadell, Liberbank y Abanca a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). De esta forma, todas las entidades financieras españolas vigiladas por el BCE tendrán limitaciones a la hora de repartir dividendo o pagar bonus a sus directivos, según las recomendaciones del supervisor europeo.

Faltan por comunicar sus requerimientos los dos grandes bancos, Santander y BBVA, así como Bankinter, Unicaja, Kutxabank e Ibercaja, pero parece que ninguna de estas entidades tendrán tampoco problemas en cumplir con las nuevas exigencias, de acuerdo con el proceso de revisión y evaluación supervisora (SREP) que realiza el BCE cada ejercicio.

De hecho, parece que todos los bancos sobrepasan los requerimientos, que ya han sido comunicados por el supervisor europeo, aunque estas últimas firmas notificarán al mercado sus nuevas exigencias de solvencia a lo largo de esta semana, previsiblemente hoy.

De momento, la Bolsa ha recibido bien los requerimientos, ya que incluso en el caso de Banco Sabadell, que ha sido al que el BCE le ha exigido mayores requerimientos de capital no le ha penalizado, pese a que sí lo hizo cuando el banco presentó los resultados correspondientes a 2018, el 1 de febrero.

Reacciones

Subidas en Bolsa. Fuentes financieras mantienen que el cumplimiento holgado de los requerimientos de capital exigidos por el BCE prácticamente ya no cotizan en Bolsa, ya que incluso Banco Sabadell, que ha sido la firma financiera a la que el supervisor europeo más ha penalizo con más requerimientos, el mercado le ha premiado. El banco que preside Josep Oliu subió ayer en Bolsa un 0,91%. Esta pequeña mejora, no obstante, contrasta con la caída del 9% sufrida el día que presentó sus resultados. CaixaBank, por su parte, fue ayer uno de los valores que experimentó una mayor mejora al cerrar con un alza del 1,49%.

Mejora tras la venta de activos inmobiliarios. La banca española fue el pasado año la que más esfuerzo hizo en la venta de sus carteras improductivas inmobiliarias y de otros activos tóxicos. En total, según anunció ayer el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, se desprendió de 41.000 millones de euros en ladrillo. Estas ventas han contribuido a mejorar sus ratios de solvencia, y por lo tanto de capital.

Para la entidad que preside Josep Oliu la exigencia mínima para el ratio de capital CET1 pasa del 9% del ejercicio de 2018 al 9,64% para este año en términos fully loaded, considerando la total aplicación de la nueva regulación de solvencia, que entra en vigor este año y para el que las entidades financieras han tenido cuatro año para ir aumentando su colchón de capital. Para el ratio de capital total, el listón mínimo requerido se eleva del 12,5% del año pasado al 13,14% de este ejercicio.

Pese a todo, Banco Sabadell supera, como el resto de la banca española, sus niveles de solvencia exigidos para este año. De esta forma, no tiene limitaciones para el pago de dividendo, la retribución variable a su cúpula directiva o para el abono del cupón de sus bonos contingentes convertibles (cocos). Ya en la presentación de resultados la entidad anunció que dejaría su pay out (parte del beneficio destinado al pago de dividendo) en torno al 50%. Al cierre de 2018, el ratio CET1 fully loaded era del 11,3% (desde el 9,64% exigido para este año) y del 14,13% el capital total.

Banco Sabadell reconoce en le hecho relevante remitido a la CNMV que “los impactos que el banco ha tenido que afrontar tras la migración de la plataforma tecnológica del banco filial inglés, TSB, han repercutido en el incremento de los requerimientos prudenciales”. TSB, con el peligro de un brexit sin acuerdo, y las pérdidas netas de 339 millones de euros que los problemas en la migración tecnológica han ocasionado a Sabadell durante el pasado año han sido determinantes en el aumento de la exigencia en el denominado Pilar 2 (capital que el BCE requiere a cada entidad dependiendo de su perfil de riesgos y su planificación de capital), según la propia definición. Este nivel de capital ha pasado de un ejercicio a otro del 1,75%, al 2,25%.

El Pilar 1, que se mantiene sin cambios en el 4,5%, es el capital mínimo requerido de acuerdo con la legislación. Además, el BCE le ha exigido un 0,14% más de capital anticíclico, requerimiento que ha reclamado a todos los bancos sistémicos.

Abanca ha sido la otra entidad a la que el BCE le ha aumentado los requerimientos de capital. La ha impuesto un capital mínimo de máxima calidad CET1 phase-in del 8,75%, por encima del 7,875% que le demandaba el ejercicio anterior, y un fully loaded del 12,25%, frente al 11,375% del año anterior. La entidad, no obstante, cumple ya con holgura estos requerimientos ya que cerró el ejercicio con un ratio de capital total del 15,84% frente a una cota mínima exigible ya mencionada del 12,25%.

La tasa exigida del 8,75% phase-in para este año lo alcanzará con un capital para el Pilar 1 del 4,5%, un requerimiento para el Pilar 2 del 1,75% (del 1,50% el año pasado) y otro 2,5% adicional como colchón de conservación de capital general, requerido ya para toda la banca (en 2018 fue solo del 1,875% en su caso).

Para Liberbank el BCE le mantien las exigencias del pasado año, salvo en el caso del colchón denominado de conservación, que sube al 2,5% como en el resto del sector. Así, el BCE le demanda una ratio mínima CET1 del 9,5%, frente al 13,9% que suma el banco, y de capital total del 13%, cuando a finales de diciembre tenía un 15,5%.

A Bankia el BCE le reclama un ratio CET1 mínimo del 9,25%, y cuenta ya con el 13,8%, y de capital total del 12,75 %, muy por debajo del 17,58% en que acabó 2018.

CaixaBank debe tener un ratio CET1 mínimo del 8,75% y un capital total fully loaded del 12,25%, superados igualmente por el 11,7% y el 15,5% que poseía a cierre de 2018, por lo que al igual que el resto de entidades no tiene limitaciones del supervisor para el abono de dividendos o variables.

Fuente: Cinco Días