La cúpula de Dia continúa con su plan de ampliar capital por 600 millones de euros con el aseguramiento de Morgan Stanley. Pero para que ese blindaje surta efecto, deben cumplirse “ciertas condiciones” que no se desvelaron cuando se informó del acuerdo el pasado 12 de diciembre, y que sí aparecen en su memoria de 2018.

Una de ellas es que no existan “hallazgos no conocidos a la fecha de firma del acuerdo que pudieran implicar correcciones relevantes en las magnitudes financieras publicadas”. La auditoría forense de EY salva este problema, al haber desvelado las irregularidades antes de que se haya cerrado el contrato final de aseguramiento. Dia suscribió un preacuerdo con Morgan Stanley el 28 de noviembre y que fue anunciado el 12 de diciembre, antes de que el grupo tuviese que reexpresar de nuevo sus cuentas de 2017 por las irregularidades halladas en su filial brasileña. El documento final aún está a la espera de firmarse.

Los requisitos impuestos por el banco de inversión estadounidense para blindar la operación son complejos, según explican fuentes de varios de los bancos acreedores, pero a priori no imposibles de cumplir. Al margen de los requisitos burocráticos, está la “suscripción de un acuerdo de financiación que permita a Dia obtener una estructura de capital adecuada”. Una condición parecida a la que impone Fridman para su ampliación de 500 millones.

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Dia también deberá cumplir el ratio de endeudamiento exigido tras la llegada del dinero. La deuda neta del grupo no podrá ser 3,5 veces mayor que su ebitda ajustado, cuando al cierre de 2018 esta era de 4,3 veces.

Morgan Stanley exige también que no existan situaciones de insolvencia de Dia o de sus filiales relevantes ni supuestos de vencimiento de la deuda. Aquí son clave los 305,7 millones de euros en bonos que tiene que devolver el próximo julio. También aparecen como condiciones suspensivas ”causas de fuerza mayor” y un “acuerdo entre Dia y Morgan Stanley sobre el precio de las acciones” en la ampliación de capital.

El objetivo es que la ampliación esté finalizada, siempre que se apruebe en la junta que debe celebrarse a mediados de marzo, antes de Semana Santa, que arranca el próximo 14 de abril, como publicó CincoDias el 25 de enero. Pero los planes de Mijail Fridman pasan por descartar esa ampliación de 600 millones de euros, y la banca se ha prestado a negociar con el magnate ruso una solución satisfactoria para todos.

Santander, BBVA, Deutsche Bank, Barclays BNP Paribas, ING, Mitsubishi UFJ Financial Group (MUFG), Bankia, Commerzbank, CaixaBank, Société Générale y JPMorgan son los 12 bancos que forman parte del sindicato que decide sobre el futuro de Dia. La unanimidad es necesaria, y de momento las opiniones son dispares.

Como publicó el martes este periódico, entre las opciones está apoyar la opa de Fridman, entendida como la mejor salida para los pequeños accionistas; dar recorrido al plan de la cúpula, al que los principales acreedores ya han dado su bendición al aprobar de forma preliminar hasta 765 millones de financiación hasta 2023; o una capitalización de deuda. Este sería el peor escenario para los accionistas.

La acción, por debajo del precio de la opa por primera vez

Cae casi un 5%. Las acciones de Dia sufrieron una caída del 4,91% en la sesión de ayer, la mayor que ha registrado en el último mes, llevando su precio a los 0,6656 euros. Por primera vez desde su anuncio, los títulos del grupo de supermercados se sitúan por debajo del precio de la opa anunciada la semana pasada por Letterone, fijado en 0,67 euros. A raíz de este anuncio, la acción escaló cerca de un 70% hasta los 0,73 euros a los que cerró el viernes pasado. Sin embargo, en las dos primeras sesiones de la semana acumula una caída del 9%. Mientras, la emisión de 305 millones en bonos sigue su escalada y ayer cotizaba al 92% de su nominal, el mejor valor desde octubre.

Fuente: Cinco Días