El dinero que los novios reciben como regalo en sus bodas se debería declarar a Hacienda, pero ninguna pareja lo hace. La Agencia Tributaria tampoco suele investigarlo, según admiten fuentes oficiales. «Los inspectores no molestan por esas cantidades», explica Jesús Sanmartín, presidente del Registro de Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas.

MÁS INFORMACIÓN

El tradicional sobre con 100 o 200 euros que los invitados entregan en mano a los novios está considerado como una donación a efectos fiscales. Está regulado en el impuesto autonómico sobre sucesiones y donaciones, que varía en cada región. Los recien casados disponen de 30 días para liquidar el impuesto. Pero en la práctica ninguna pareja lo hace porque Hacienda no persigue estas pequeñas cuantías.

El sector de las bodas vive una cierta psicosis por la supuesta persecución de Hacienda contra el fraude del sector. Un caso ocurrido hace cuatro años en Asturias ha contribuido a alimentar la leyenda negra de que la Agencia Tributaria inspecciona a los novios: el fisco interrogó a 350 parejas por un supuesto fraude del restaurante donde celebraron el banquete. Hacienda solo recurrió a las parejas en calidad de testigos. El fisco, sin embargo, sí tiene bajo su foco a los establecimientos que organizan los banquetes y pueden cobrar una parte en negro. También persigue a los que ponen las flores, las orquestas y demás empresarios que podrían facturar una parte de sus servicios en b. Para esclarecer algunos de estos casos, Hacienda sí contacta con los novios para recabar información, pedirles las facturas o algunos datos de los pagos.

Fuente: El País