El mercado norteamericano con compras anualmente de unas 340.000 toneladas de aceite de oliva de las que 150.000 proceden directamente de España, con grandes posibilidades de crecimiento y además, con unos precios de venta que aseguran una alta rentabilidad, se ha convertido en campo de batalla de empresas aceiteras.

Esta pelea por el liderazgo en las ventas la protagonizan fundamentalmente dos grupos, aunque sus efectos los sufren todas las demás. Uno Deoleo, el grupo de origen español, hoy en manos del fondo CVC, con marcas mayoritariamente italianas como Carapelli y Bertolli y las españolas Carbonell o Koipe, que apuesta por el aceite como un producto de calidad a precio alto. Otro, formado en 2015 entre la empresa americana Pompeian y la cooperativa andaluza Dcoop, antes Hojibanblanca que, en principio, ha apostado por crecer en ese mercado en volumen, con precios a la baja.

Estos enfrentamientos en las últimas fechas se han trasladado al mercado interior donde desde el sector se acusaba a la cooperativa de importar aceite barato desde países como Túnez en lugar de adquirirlo en España. Desde la sociedad se respondía que la importación la podían hacer todas las empresas y el presidente Antonio Luque señalaba en un foro que el aceite tunecino era mejor que muchos españoles.

En Estados Unidos, hasta 2015, la cuota más importante del mercado correspondía a Deoleo con un 15,84%, seguido del grupo italiano Berio con el 11,76% y de Pompeian con el 11,17%, a gran distancia de la marca española Star con el 2,27%, del grupo Borges y de la californiana Olive Branch con el 2,34%

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La situación de paz relativa en el mercado se rompió a partir de 2015 cuando el grupo Pompeian y la cooperativa española Dcoop firmaban un acuerdo de asociación para operar en ese mercado con más aceite español y fundamentalmente en el segmento de la marca blanca o marca barata de fabricante.

Tres años más tarde, en base especialmente a una política de precios a la baja, la sociedad formada por Pompeian y la cooperativa andaluza pasaba a tener el 14,18% de cuota y lograr el liderazgo en ese mercado, mientras todas las demás bajaban. Deoleo a una cuota del 13,27%, la española Star al 2,06%, la italiana Berio al 10,26 y solo subía ligeramente la californiana OIive Branch al 3,50%.

La clave, los bajos precios

Las razones del vuelco en el mercado se deben fundamentalmente a los precios. En el caso de Deoleo pasaron de 9,5 dólares litro en 2015 a 11,1 en 2017 por las subidas en origen. La empresa californiana Olive Branch los incrementó de 14,4 a 15,7 dólares. La marca española Star, del grupo Borges, se mantuvo en 9,8 dólares. Por el contrario, el grupo Pompeian mantuvo en los niveles más bajos entre 8,3/8,2 dólares. Tomando como índice 100, los precios de Pompeian bajaban de 92% al 89%, mientras los de Deoleo pasaban de 107% al 119% y los de la empresa californiana de 162% al 168%.

Desde la cooperativa, sus responsables han argumentado siempre que esos precios solo son consecuencia de sus posibilidades para producir más barato que otros, con un margen adecuado de beneficios para sus socios, y, frente al caso de Deoleo, porque no tienen que hacer frente a ninguna deuda.

Antonio Luque, el hombre que agrupa todo el poder en Dcoop jugó fuerte hace casi una década para hacerse con el control del grupo Deoleo. Fracasó en su intento y en las negociaciones puso precio y vendió su nombre, Hojiblanca, lo que obligó a cambiar la denominación, de la cooperativa. En ese contexto, la estrategia de bajar precios se ve también como una guerra personal para debilitar al grupo Deoleo.

Sin embargo, desde otras empresas del sector, cooperativas y otros grupos industriales, se acusa a Dcoop de tirar los precios en un mercado rentable para todos. Además, no se entiende que Dcoop defienda por un lado la necesidad de apostar porque no se banalice el producto, que el aceite tenga un precio y por la otra sacrifique los precios por el volumen con la idea de que más tarde, ese mismo consumidor, pagará por el aceite un precio elevado.

Ventajas de ser una cooperativa

Desde el sector se acusa además a la cooperativa de beneficiarse de mayores apoyos por ser una entidad asociativa, posición que en ningún caso se puede utilizar para hacer la competencia a las demás empresas. Juan Luis Ávila, responsable de COAG en Jaén, sin citar a nadie, considera que estructuras montadas por el sector para defender los mercados, no pueden llevar a cabo estrategias comerciales con importaciones que se traduzcan en bajadas de precios al productor. Pompeian, el socio de Dcoop, está realizando grandes plantaciones de olivos en California.

Al margen de esta guerra de precios, al sector le preocupa la existencia, dicen, de un informe sobre importaciones agroalimentarias de más de 3.000 folios en manos de las autoridades norteamericanas para defender sus intereses, cuando se han implantado aranceles a la aceituna de mesa y sigue flotando en el ambiente la Marketing Order como un paso más para frenar la entrada de aceite. Industriales españoles coinciden en señalar que las autoridades norteamericanas no han adopta en este sector una decisión dado que su producción actual no llega a las 30.000 toneladas frente a un consumo de 340.000 toneladas.

Fuente: El País