Cambio de guardia en Goldman Sachs, cuando se cumple sus 150 años de existencia. El grupo financiero neoyorquino anunció formalmente que Lloyd Blankfein dejará el cargo de consejero delegado el 1 de octubre y nombra en su lugar como sucesor a David Solomon, que hasta ahora ejercía como presidente a cargo de sus operaciones. Se pone así fin a uno de los temas más recurrentes en Wall Street. Blankfein mantendrá la presidencia hasta final de año.

El movimiento lleva tiempo preparándose. Era solo cuestión de saber cuando Blankfein pensaba irse. Solomon ya se quedó solo en la carrera para sucederle en marzo, cuando Harvey Schwartz anunció que se jubilaba de la copresidencia. Es un financiero atípico. La gran afición del banquero más poderoso de Wall Street es la música electrónica. Se da a conocer en ese mundo como DJ D-Sol. En junio publicó su primer sencillo, un remix de una conocida canción de Fleetwood Mac.

Solomon, de 56 años, se graduó por ciencias políticas en el Hamilton College. Empezó como financiero vendiendo bonos basura en la firma Drexel Bumham Lambert, que quebró en 1990 por un fraude protagonizado por su fundador Michael Milken. De ahí pasó a trabajar para el también difunto banco de inversión Bear Stearns, la primera víctima de la última crisis financiera.

Goldman Sachs le contrató antes, en 1999. Entonces se disputaban el mando del banco Hank Paulson y Jon Corzine. Paulson consiguió hacerse con la riendas durante ocho años antes de dejar el gran guardián de Wall Street para asumir la cartera del Tesoro en la Administración presidida por George Bush. David Solomon ascendió rápido y se puso al frente de la unidad de banca de inversión en 2006, asesorando a empresas en operaciones de fusión o de captación de fondos.

El nombre David Solomon ya se puso en lo más alto de las quinielas cuando Gary Cohn renunció al segundo puesto de mando en Goldman Sachs para dirigir el consejo de asesores económico del presidente Donald Trump. En ese momento se le nombró copresidente junto a Harvey Schwartz. Fue visto en el parqué como la mejor elección entre los dos, tanto por su perfil y como por su edad.

Blankfein, de 63, deja Goldman Sachs tras 12 años al frente. Lideró el banco durante la crisis. En septiembre de 2015 fue diagnosticado con un linfoma, del que sobrevivió tras varios meses de tratamiento. Siempre trató de esquivar las preguntas sobre su futuro diciendo que moriría con las botas puestas pero indicó que había un plan de sucesión definido y que el elegido sería de la casa.

Potenciar los ingresos

Solomon tiene una relación muy estrecha con los grandes clientes institucionales y corportativos del banco. La entidad está, en paralelo, invirtiendo fuerte desde la pasada crissi en nuevas líneas de negocio como la banca de consumo online para diversificar sus ingresos. Es a la vez un reto y una oportunidad para la nueva dirección de la firma más poderosa de Wall Street.

“David Solomon está listo”, asegura Lloyd Blankfein al comunicar a los empleados el relevo y señala que se siente “optimista” sobre la posición que tiene el banco para empezar la nueva etapa aunque admite que le hubiera gustado quedarse más tiempo. Los títulos de Goldman Sachs se apreciaron más de un 50% bajo se mandato. Su sucesor anticipa que habrá cambios, una evolución, pero no una revolución.

El anuncio coincidió con la presentación de los resultados del segundo trimestre. Goldman Sachs registró ingresos por valor de 9.400 millones de dólares, que le aportaron un beneficio de 2.570 millones. Ganó un 44% más que hace un año. La cifra de negocio se eleva a 19.440 millones en los primeros seis meses de 2018 y ganó 5.400 millones, en el mejor semestre en nueve años.

Con la elección de Solomon, se da paso a una nueva generación que busca evolucionar el negocio de la entidad para depender menos de la división que se encarga de la negociación de activos, de donde venía Blankfein, para centrarse más en las relación con las empresas. Es una lucha de cultura interna que se ha vivido en la entidad durante décadas, pese a que coexistieron pacíficamente.

Jamie Dimon, consejero delegado de JPMorgan Chase, se queda ahora como el único gran banquero de Wall Street de la era previa a la crisis financiera. «Me quito el sombrero», afirma el principal ejecutivo del mayor grupo por activos del país al valorar la gestión de su rival, al que considera un amigo. Dimon tiene solo un año menos que Blankfein.

Fuente: El País