El Eurogrupo ha arrancado el año sin apenas concreciones. Sin embargo, Francia y Alemania tratan de impedir que el semestre acabe en blanco y ultiman una nueva propuesta para dar otro empuje al presupuesto de la zona euro. Los ejecutivos de Angela Merkel y Emmanuel Macron de momento han pactado una posición común de varios puntos, según explicaron fuentes del Gobierno francés. Ambos gabinetes están de acuerdo en crear un instrumento independiente que se nutra de recursos ajenos al Presupuesto de la UE y gobernado por los Diecinueve. Los trabajos, según estas fuentes, se remitirán a la Comisión Europea para “alimentar” la propuesta legislativa que deberá elaborar en las próximas semanas.

Los ministros de Finanzas de la zona euro tienen dos carpetas sobre la mesa. Pero no menores. El primer dossier lo arrastran desde 2012, cuando se lanzó la idea de crear un fondo que garantizara los depósitos de todos los contribuyentes europeos y que pusiera las bases de la Unión Bancaria. El segundo, el presupuesto de la zona euro, se ha convertido en el gran caballo de batalla de Macron, que quiere avanzar en sus detalles antes de las elecciones europeas de mayo a pesar de los enormes recelos que suscita entre los países del norte de Europa, capitaneados por Holanda.

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El titular de Finanzas francés, Bruno Le Maire, se reunió anoche con su homólogo alemán, Olaf Scholz. En la agenda, entre otros asuntos, estaba el impuesto digital –que sigue encallado en el Consejo de Ministros de la UE— o la iniciativa de ambos ejecutivos para una tributación mínima de sociedades. El otro gran asunto era el presupuesto de la zona euro. Fuentes diplomáticas evitaron a referirse a él como una propuesta francoalemana y explicaron que se trata de un documento, que aún no está cerrado, que se extenderá a otros países para nutrir la propuesta de la Comisión y el debate en el seno del Eurogrupo.

Los dos ministros debían limar ayer todavía varios detalles. Pero fuentes del Gobierno francés aseguraron que hay ya al menos cuatro puntos acordados. La propuesta pasa por crear un instrumento independiente y financiado con recursos de los países del euro procedentes fuera del Marco Financiero Plurianual (MFP). Y a pesar de los recelos que eso provoca en el resto de los socios de la Unión Europea, ambos países piensan en un presupuesto gobernado por los Diecinueve. En la Cumbre del Euro del pasado mes de diciembre, los jefes de Estado y de gobierno habían acordado unas cuentas ancladas dentro del MFP y abiertas también a los países que se hallan en la antesala del euro.

España y Alemania coordinan el grupo del fondo de depósitos

Los ministros, además, pactarán que ese presupuesto financie reformas e inversiones en el marco del Semestre Europeo, que fija las directrices y recomendaciones que deben seguir los países de la UE. Si el documento se queda ahí, dejará de nuevo el vaso medio vacío. O medio lleno. Francia batalló en el Eurogrupo de diciembre toda la madrugada para que el instrumento recogiera una función anticrisis o estabilizadora, mientras que Alemania y España reclamaron que se abriera la posibilidad de incluir un seguro de desempleo comunitario. Holanda se negó a ambas demandas y el documento finalmente recogió el acuerdo (un fondo para la convergencia y la competitividad) y el desacuerdo (que pueda estabilizar las economías en tiempos de crisis e incluir un seguro de desempleo). Es decir, un pacto de mínimos para seguir negociando más adelante.

Fuentes comunitarias recordaron que la Cumbre de diciembre dio un claro mandato a la Comisión Europea para que contribuya al debate del Eurogrupo, lo cual implica que podría volver a introducir esa función anticrisisde forma explícita. También cabe ver cuál sería el papel del ejecutivo comunitario en un instrumento ideado para que funcione de forma independiente a las cuentas de la UE. En cualquier caso, según recogía anoche Handelsblatt, ese presupuesto debía hallar acomodo en el marco legal de la Unión.

El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, aseguró ayer en el Parlamento Europeo que hasta su final de mandato tiene tres prioridades sobre la mesa: la finalización de la Unión Bancaria, el refuerzo del MEDE y la creación del presupuesto de la zona euro. Y recordó que un euro fuerte requiere “reformas de largo alcance” que promuevan la “convergencia”, la “estabilización” y la “resiliencia” de las economías del euro. El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, llamó también en la cámara a que ese instrumento no solo sea solo “cosmético”.

El instrumento está en la mesa del Eurogrupo a pesar de las grandes reticencias de países como Holanda o Finlandia. Estos aceptan un presupuesto que favorezca la convergencia y la competitividad de los miembros de la moneda única, pero no que puedan servir para hacer frente a crisis económicas.

El otro mecanismo, el fondo de garantía de depósitos, avanza con los trabajos de dos grupos: uno a alto nivel, que debe fijar una hoja de ruta para su implementación, y otro que se encargue de todos los detalles técnicos. Este último está coordinado por Alemania y España. El grupo no solo abordará el diseño de ese fondo, sino de un paquete de medidas que contribuya a reducir los riesgos bancarios, la gran demanda alemana antes de poner en funcionamiento ese instrumento.

Fuente: El País