Francia ha requisado un avión de Ryanair en el aeropuerto de Burdeos (oeste) para forzar a la aerolínea irlandesa a devolver una cantidad que las autoridades francesas le reclamaban. Según ha informado este viernes la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), la aeronave afectada debía salir este jueves del aeropuerto de Burdeos-Mérignac con 149 pasajeros a bordo rumbo a Londres cuando las autoridades ordenaron su inmovilización. La aerolínea envió finalmente otro avión y los pasajeros llegaron a su destino con cinco horas de retraso.

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El origen del litigio son 525.000 euros que el sindicato mixto de aeropuertos de Charente pagó a Ryanair entre 2008 y 2009 para que sus aviones operasen en el pequeño aeropuerto de Angulema-Cognac. La Comisión Europea declaró ilegales esas ayudas en 2014 y por ello las autoridades del departamento francés reclamaron a la aerolínea que les devolviera el dinero. «El Estado reafirma con este acto su voluntad de garantizar las condiciones de una competencia leal entre las compañías aéreas y entre los aeropuertos», ha señalado la DGAC en un comunicado. Fuentes de ese mismo organismo han confirma que Ryanair a depositado a media jornada la cantidad que se le reclamaba.

Las autoridades de aviación de Francia han explicado que la decisión de recurrir a la justicia para incautar el avión, una medida sobre la que no existen precedentes en más de diez años, se ha tomado como «último recurso» tras el fracaso de numerosas solicitudes a la aerolínea.

El rifirrafe entre las autoridades francesas y Ryanair llega en un momento en que la aerolínea irlandesa prevé expandirse en Francia. A finales del pasado septiembre, declaró su intención de abrir dos bases en el país, una en Marsella (sur) y otra en Burdeos. El anuncio ponía fin a un ciclo de siete años, los que han pasado desde que Ryanair desmanteló sus bases en Francia como respuesta a unas sentencias adversas sobre sus contratos laborales. Los planes de la aerolínea contemplan invertir 200 millones de euros y realizar unos 70 vuelos semanales en el aeropuerto de Burdeos.

Fuente: El País