La autoridad francesa de la competencia (ADLC) ha impuesto a Apple una multa récord de 1.100 millones de euros por comportamiento anticompetitivo en su red de distribución y ventas física. En concreto, acusan a la compañía de haber firmado acuerdos ilegales dentro de su cadena de distribución y de haberse aprovechado de forma incorrecta de la dependencia económica de sus revendedores independientes premium, para beneficiar a sus propias tiendas y a ciertos mayoristas en detrimento de otros revendedores autorizados.

El organismo francés condena las prácticas del fabricante del iPhone hacia sus distribuidores minoristas y asegura que la multinacional estadounidense actuó para evitar que los minoristas independientes en Francia compitan por el precio y abusó de su poder económico sobre ellos.

Dos de los mayoristas de Apple, Tech Data e Ingram Micro, también han sido multados. El primero, con 62,9 millones, y el segundo, con 76,1 millones.

La investigación antimonopolio francesa comenzó después de que eBizcuss, un revendedor premium de Apple, presentara una queja en 2012, aunque todo apunta a que las prácticas condenadas se iniciaron en 2009. La multa impuesta a la compañía de Cupertino es la mayor penalización individual jamás impuesta en Francia, según informa el medio francés Les Echos, que recuerda que el récord hasta ahora lo tenía Orange, que fue condenada a pagar 350 millones de euros en 2015.

Desde su nombramiento como directora del regulador antimonopolio francés, Isabelle de Silva, ha puesto su foco en los gigantes tecnológicos estadounidenses, incluida Google, que fue multada  con 150 millones de euros por reglas publicitarias opacas.

La multa de Apple llega tras otra impuesta por las autoridades francesas a la compañía por 25 millones por prácticas comerciales engañosas relacionadas con la ralentización de los iPhones.

Apple no es la única empresa que ha sido penalizada por este tipo de acciones. En 2008, Siemens fue multada con 800 millones de dólares por realizar pagos ilícitos para obtener contratos masivos en países como Bangladesh, Venezuela, Rusia, Nigeria, Argentina y China, según los datos revelados por una investigación estadounidense.

Fuente: Cinco Días