La economía francesa cerró 2018 mejor de lo esperado: redujo el déficit público al 2,5% del PIB, el nivel más bajo en más de dos décadas, estabilizó la deuda pública entorno al 98,4% del PIB y el crecimiento fue del 1,6%, levemente mayor de lo previsto. Sin llegar a ser espectaculares, las cifras finales de la evolución económica gala del año pasado han sido rápidamente celebradas por el Gobierno de Emmanuel Macron, que ve en los resultados la validación de su política económica, tan contestada en los últimos meses por el movimiento de los chalecos amarillos.

“Por primera vez en más de diez años, hemos logrado reducir, a la vez, los impuestos y el gasto público, recortar la deuda pública y el déficit, además de estabilizar la deuda», ha destacado el ministro de Acción y Cuentas Públicas de Francia, Gérald Darmanin, en declaraciones a la emisora RTL.

Según los datos presentados este martes, el déficit público continúa su corrección a la baja, más aún de lo que esperaba el Gobierno que, tras el estallido de la crisis de los chalecos amarillos, revisó al alza, de 2,6% a 2,7%, sus previsiones de déficit para 2018. Pero finalmente ha bajado al 2,5% del PIB, el equivalente a 59.600 millones de euros. Así, no solo se sitúa más por debajo aún de lo esperado antes de que el movimiento de protesta ciudadana inquieta por la pérdida de poder adquisitivo pusiera entre las cuerdas al ejecutivo. También es menor que el 2,8% registrado en 2017, el primer año de mandato de Macron, es asimismo la segunda vez consecutiva que se cumplen los criterios de déficit de la UE tras una década superando el límite del 3% y, también, la mejor cifra desde 2006.

“Siempre es mejor estar a cero, pero (el déficit de 2018) demuestra que, efectivamente, la política del presidente funciona”, celebró Darmanin en entrevista con la emisora RTL. También el ministro de Economía, Bruno Le Maire, reivindicó los resultados como un éxito gubernamental. “Al estabilizar la deuda pública y reducir más de lo previsto nuestro déficit a 2,5% en 2018, hemos puesto fin a la deriva continuada de nuestras finanzas públicas desde hace más de diez años. ¡Vamos a seguir enderezando nuestras cuentas mientras continuamos con la bajada de impuestos!”, prometió en un mensaje en las redes sociales.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (Insee), el gasto público de Francia aumentó en 2018 un 1,9%, moderándose respecto del incremento del 2,3% en 2017. Las prestaciones sociales aumentaron un 1,8% en 2018, una décima más que en 2017, como consecuencia del mayor peso del gasto en pensiones, mientras que se desaceleró el crecimiento del gasto en prestaciones relacionadas con la infancia, al 1,1% desde el 2,7% de 2017. En porcentaje de PIB, la recaudación disminuyó al 53,5% desde el 53,6%, mientras que los gastos bajaron al 56% del PIB desde el 56,4%, destaca Europa Press.

Los datos positivos —aunque en materia de crecimiento 2018 estuviera muy por debajo del 2,3% registrado el año previo— dan un poco de oxígeno al ejecutivo, que ya ha advertido que este 2019 se presenta más complicado, con la posibilidad incluso de volver a rebasar el techo del 3% de déficit público establecido por Bruselas debido a las medidas de urgencia por más de 10.000 millones de euros adoptadas para intentar calmar a los chalecos amarillos.

Fuente: El País