El Gobierno español ha mostrado interés por los proyectos de infraestructuras activados por la nueva Administración de López Obrador en México. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha mantenido una reunión con el titular de Comunicaciones y Transportes en el país norteamericano, Javier Jiménez, en la que ha postulado al empresariado público liderado por Renfe, Adif e Ineco para participar en nuevos proyectos con un global que supera los 10.000 millones de euros de inversión.

Tres de los proyectos del máximo interés son el Tren Maya, con una inversión estimada que va de 5.500 a 6.800 millones de euros; el programa de carreteras, cuyas actuaciones ya anunciadas precisan unos 3.500 millones, y el plan de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec, para el que el esfuerzo inicial necesario alcanza los 367 millones de euros. En este último caso, el propio presidente mexicano ha calificado el proyecto de estratégico y, tras hacer un llamamiento a la iniciativa privada mexicana, pretende dejar al margen a la inversión extranjera.

El Gobierno mexicano prevé actuar en la presente legislatura sobre 5.500 kilómetros de carreteras

La mayor de las actuaciones, el Tren Maya, pasa por construir una línea de 1.525  kilómetros a través del modelo de colaboración público-privada. El objetivo de la futura infraestructura es conectar las principales ciudades y áreas turísticas de la península del Yucatán.

Desde Fomento se estaría defendiendo la entrada de empresas públicas españolas en ese macroporyecto ferroviario, pero también de las constructoras privadas afectadas por la suspensión del proyecto del nuevo aeropuerto internacional Ciudad de México. De hecho, fue el propio Andrés Manuel López Obrador quien sugirió este tipo de compensaciones a empresas como Acciona, FCC o Sacyr, entre otras muchas a las que se han rescindido los contratos.

Respecto al plan de carreteras, se trata de concluir tramos por ejecutar, acometer un programa de pavimentación en el estado de Oaxaca o mejorar el mantenimiento. El Gobierno mexicano prevé actuar en la presente legislatura sobre 5.500 kilómetros de carretera.

Las constructoras afetadas por la suspensión del proyecto del aeropuerto en Ciudad de México podrían acceder a compensaciones con obras en el Tren Maya

El desarrollo del Istmo de Tehuantepec, por último, incluye la conexión de los puertos comerciales de Salina Cruz, en el Pacífico, y Coatzacolalcos, en el Atlántico, a través de un corredor de 308 kilómetros denominado Transítmico. El plan incluye la ampliación de ambas infraestructuras portuarias y la mejora tanto del ferrocarril como de las carreteras entre los dos puntos.

Estos nuevos planes se suman a otros ya proyectados como el tren entre Ciudad de México y Toluca, el tren rápido en tre la capital y Querétaro y la ampliación del metro de Ciudad de México.

Fuente: Cinco Días