El grupo automovilístico Fiat Chrysler (FCA) sigue empeñado en buscar un aliado para convertirse en una de las principales potencias automotoras del mundo y no quiere perder más tiempo. A menos de cinco meses de que se frustraran las negociaciones con Renault, el fabricante ítalo-americano parece haber encontrado otro socio para fusionarse, el francés PSA, con el que formaría el cuarto grupo mundial del automóvil. Después de 24 horas de rumores, ambas compañías confirmaron el miércoles que las conversaciones están en marcha. El mercado aplaude la operación. Los títulos de FCA subían a media sesión un 8,5% en la Bolsa de Milán, mientras que los de PSA lo hacían casi un 6%.

Visto el pasado reciente, ambas empresas quisieron mostrarse muy prudentes. “Tras recientes informaciones sobre una posible combinación empresarial entre el Grupo PSA y FCA Group, Fiat Chrysler Automobiles (FCA) confirma que hay conversaciones en marcha que buscan crear uno de los grupos de movilidad líderes del mundo”, dijo la empresa en un escueto comunicado en el que añade solo: “FCA no tiene nada más que añadir en este momento”. Su consejo de administración se reunirá mañana para estudiar la operación.

La confirmación francesa ha sido igual de lacónica. “PSA confirma que hay discusiones en curso para crear uno de los principales grupos automotores del mundo”, se ha limitado a decir la compañía dueña de marcas como Peugeot, Citroën u Opel en una «precisión» a la prensa.

La operación, adelantada la víspera por The Wall Street Journal, podría resultar en la creación de una empresa valorada en unos 45.000 millones de euros y nueve millones de vehículos al año. La clave sin embargo en todo esto es el condicional: si tiene éxito. Y FCA ya ha pasado por una experiencia reciente frustrante, la negociación fallida con Renault, su primera opción francesa.

Tras meses de idas y venidas, el grupo ítalo-americano decidió a comienzos de junio retirar su oferta a Renault-Nissan, sumida aún en una grave crisis tras el arresto en Japón de su antiguo presidente, Carlos Ghosn, aduciendo que no consideraba que se dieran las “condiciones políticas” para continuar unas negociaciones que le habrían abierto a Fiat la puerta de par en par al mercado asiático. Una de los atractivos que encuentra FCA en esta nueva operación es, justamente, las facilidades que podría encontrar la nueva firma en el mercado chino gracias al socio de PSA en ese país, Dongfeng.

Pese a que ambos fabrican ya vehículos comerciales juntos, tampoco ahora hay garantía alguna de que las negociaciones tengan éxito, advirtió una fuente próxima a las discusiones a la Agencia France Presse.

Según dicha fuente, ahora, FCA y PSA tienen como objetivo una fusión entre iguales, pero no descartan otras opciones. En Italia, La Stampa, periódico vinculado a la familia Agnelli, la principal propietaria del grupo FCA (tiene el 30% del capital), señala que el consejero delegado del nuevo grupo sería Carlos Tavares, actual responsable de Peugeot. John Elkann mantendría su posición actual en FCA.

Los mercados, de momento, han apreciado la iniciativa y los sindicatos de la firma ítalo-estadounidense celebran la fusión, siempre que sirva para crecer y generar empleo y abra nuevos caminos a la empresa para la producción de coches eléctricos y el mercado en Asia, según han señalado en varios comunicados. Si la fusión se llevase a cabo finalmente, la familia Agnelli seguiría siendo el máximo accionista individual, con un 15% del valor de la nueva compañía.

Fuente: El País