El nuevo jefe de Ferrari, Louis Camilleri, ha corregido su error: ha reafirmado los objetivos de su predecesor, Sergio Marchionne, apenas un mes después de quitarles importancia. También quiere vender más coches eléctricos híbridos. Pero Ferrari aún no ha demostrado plenamente sus credenciales ecológicas y podría quedarse atrás en la carrera de los utilitarios deportivos.
Camilleri tenía que tranquilizar a los inversores. En agosto, hundió las acciones un 8% al describir los objetivos de Marchionne como “aspiracionales”. Ahora los considera alcanzables, y promete 5.000 millones de ventas y un ebitda de 2.000 millones. Y además, un 60% de las ventas en 2022 deberán ser de híbridos eléctricos.
Eso deja poco margen de error. Camilleri ha sugerido que gran parte del crecimiento provendrá de aumentos de precios y no de mayores volúmenes. Los ingresos por unidad de Ferrari, que incluyen los ingresos por patrocinios, ascendieron a 407.000 euros en 2017. Ferrari tendría que subirlos a cerca de 500.000 para cumplir con su compromiso de ingresos sin superar los 10.000 vehículos al año, que provocan normas de emisión más estrictas. Eso es un aumento promedio anual de más del 4%, en línea con 2017.
Camilleri acierta al concentrar sus esfuerzos en el reto verde. Eso puede explicar por qué se están retrasando los planes para un deportivo utilitario. El Purosangue, el primero de Ferrari, no estará disponible hasta el final del plan. Así que puede perderse un nicho que está creciendo casi cinco veces más rápido que el motor en general.
La transición ecológica es inevitable. Los reguladores están presionando a favor de la electrificación e imponiendo límites de emisiones para los motores de combustión. Ferrari tiene experiencia en tecnología híbrida, por ejemplo con el modelo LaFerrari, de edición limitada. Pero rivales como Jaguar y Aston Martin ya están experimentando con coches totalmente eléctricos.
Dados los desafíos, los inversores pueden ponerse impacientes. La alta valoración de Ferrari, de más de 30 veces los beneficios futuros, lo hace muy vulnerable a la decepción. Pero Camilleri ha ofrecido algunas zanahorias, aumentando el dividendo y anunciando una recompra de acciones por 1.500 millones. Ahora tendrá que cumplir sus objetivos ecológicos.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
Fuente: Cinco Días