En plena ofensiva de la Comisión Europea contra las compañías tecnológicas por sus enrevesadas estrategias que les permiten pagar menos impuestos de forma legal, la filial española de Facebook declara unas pérdidas de un millón de euros, el doble que el año anterior, según las cuentas anuales de la red social depositadas en el Registro Mercantil. Este aumento de los números rojos se debe al incremento de los gastos de publicidad y propaganda, que se duplican hasta alcanzar los 1,67 millones de euros. Además, se incrementa notablemente el capítulo de gastos de personal por «comisiones, bonus, y otros beneficios a empleados».

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Aunque la delegación española de la compañía presidida por Mark Zuckerberg obtiene pingües beneficios por sus actividades en España, la filial declara pérdidas porque en realidad solo actúa como intermediaria prestando servicios de apoyo en las ventas y marketing del grupo en España. De hecho, esta filial, controlada al 100% por la matriz estadounidense Facebook Global Holdings II, LLC, factura la totalidad de sus ingresos a la sucursal irlandesa para trasladar a ese país, con una fiscalidad mucho más ventajosa, el grueso de los beneficios.

Esta estrategia corporativa es habitual en las empresas del sector. Muchas multinacionales extranjeras utilizan estrategias similares con países como Irlanda, Holanda o Luxemburgo para beneficiarse de las ventajas tributarias que proporcionan estas jurisdicciones. Aunque, a priori, estas estructuras de ingeniería financiera son legales, las autoridades comunitarias han expresado su preocupación por el abuso que algunas de estas compañías hacen de los recovecos legales.

El gigante de la tecnología empezará a facturar sus ingresos publicitarios allá donde se generen a partir de 2018, siempre que tenga una sede regional (cuenta con 25 en todo el mundo). Abonará en cada país los impuestos por su actividad y el dinero que entre en sus arcas por el negocio internacional ya no pasará siempre por Irlanda, donde su factura fiscal se reduce. Es decir: que ingresará y pagará impuestos en España por el negocio español.

Cruzada de Bruselas

La Comisión Europea, por ejemplo, ha advertido a Facebook de que «está perdiendo la paciencia», no solo por las triquiñuelas fiscales, sino también por los abusos para reforzar su posición de dominio y, sobre todo, por el uso de los datos de los usuarios.

Las agencias tributarias de los países europeos han estrechado la vigilancia sobre estas compañías. A lo largo de todo el continente, los vigilantes tributarios han impuesto sanciones a estas corporaciones, que trasladan artificialmente los ingresos que obtienen en un país a otro de los Estados con impuestos mucho más reducidos. Tras esta estrategia está la competencia que algunos países de la UE se hacen entre sí para atraer inversión extranjera y puestos de trabajo especializados.

Por eso los auditores de Facebook Spain, la firma EY, alerta del riesgo de que la Agencia Tributaria tenga discrepancias con la estrategia fiscal de trasladar los ingresos a Irlanda y abra un acta que derive en una sanción. En los aspectos más relevantes de la auditoría, EY destaca: «Habida cuenta de la importancia de los saldos y las transacciones con empresas del grupo, así como el riesgo de que la posición tributaria de la Sociedad pudiera no ser compartida técnicamente en caso de inspección por parte de las autoridades fiscales, hemos considerado éste como un aspecto relevante en nuestra auditoría».

Fuente: El País