Nuevo laudo arbitral en contra de España en un arbitraje por el recorte a las energías renovables. El pleito más largo de los abiertos ante el Ciadi ya tiene sentencia: España deberá indemnizar a RREEF, un fondo de inversión alternativa vinculado a Deutsche Bank por el recorte de las primas. La indemnización ronda los 60 millones de euros y con ello España ha sido condenada ya a pagar unos 900 millones de euros a inversores extranjeros por los recortes.

El laudo fue dictado el pasado 11 de diciembre, según consta en la página web del Ciadi, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, organismo de arbitraje dependiente del Banco Mundial.

Pese a la derrota de España, la indemnización es muy inferior a los 441 millones que pedían los fondos de RREEF.

Los tres árbitros que han resuelto el caso son el francés Alain Pellet, el canadiense Robert Volterra y el venezolano Pedro Nikken. Por parte de RREEF han actuado como abogados los letrados de la firma británica Allen & Overy.

El caso se ha prolongado por seis años. Cuando EL PAÍS adelantó que tanto RREEF como Antin, fondos vinculados a Deutsche Bank y BNP, respecticamente, habían iniciado la ofensiva de demandas de arbitraje contra España por las renovables, el entonces ministro de Industria, José Manuel Soria, dijo que los fondos buscaban una rentabilidad exagerada, del 20%, y se mostró confiado de que España no perdería ni esos dos casos ni ningún otro. Se equivocaba.

Las condenas contra España rondan ya los 900 millones. El Estado suma 12 laudos en contra y solo uno a favor. Se trata de los laudos de SolEs Badajoz (41 millones de indemnización); Nextera (290 millones); Antin (101 millones); Masdar (64,5 millones); Eiser (128 millones); Novenergia (53,3 millones); 9REN (41,7 millones), Greentech (39 millones); Demeter y Cube (33 millones), Infrared Environment Infrastructure, que reclamaba 92 millones de euros, y Schwab Holding/OperaFund Ecoinvest (27 millones). Únicamente ha ganado el caso contra un grupo de empresas públicas alemanas y otros inversores.

Fuente: Cinco Días