La logística en las ciudades conlleva un problema: para transportar mucha mercancía se necesita un gran vehículo. Por el contrario, los transportes pequeños no pueden llevar grandes cargas. Este fallo en los repartos urbanos fue lo que inspiró a José María Gómez y al equipo de Passion Motorbike Factory para crear Scoobic, el invento que pretende dar un giro a la logística. “Nuestra teoría es: diseñemos vehículos adaptados a las ciudades. Tienen que ser más pequeños, que se puedan aparcar muy bien, que lleguen a las calles peatonales… En resumen, que faciliten el trabajo del repartidor”, explica Gómez.

A primera vista, Scoobic parece una moto grande, pero en su interior se pueden transportar hasta 750 kilos en un espacio de 1.000 litros. La capacidad de una furgoneta, pero con solo 90 cm de ancho. Funciona con 10 baterías de iones de litio y tiene una autonomía de 300 kilómetros. Este diseño le ha valido diversos reconocimientos. Ha ganado, entre otros, el premio a la Mejor Práctica en Movilidad Sostenible entregado por la Fundación Renault. También es finalista de los Premios de la Fundación Mapfre a la innovación social.

Gómez confiesa que Scoobic también está en el punto de mira de varias empresas, y puede que no tardemos mucho en ver sus motos circulando. Cuanto antes ocurra, mejor para la ciudad agraciada. La moto tiene un electrofiltro de iones que genera campos magnéticos y almacena las partículas de carbón. “En ocho horas, cada Scoobic puede limpiar 20.000 metros cúbicos de aire”.

MÁS INFORMACIÓN

La moto lleva también un desfibrilador, ¿por qué? “Perdí a mi padre y a un hermano por un infarto. Seguro que tú también has perdido a alguien. Es la primera causa de mortalidad en España”. La empresa tiene previsto lanzar una app gratuita, en la que el usuario avise si presencia un ataque al corazón. La moto más cercana interrumpirá su reparto y acudirá a la llamada. “Si llega en los primeros 10 minutos de infarto, salva al 75% de los casos. El envío llegará tarde, pero salvará una vida”.

Fuente: El País