Donald Trump afir­mó una vez que la única persona que podía enseñarle algo sobre el negocio inmobiliario era Jorge Pérez. Su viejo amigo y exsocio, un magnate de los bienes raíces nacido en Argentina de padres cubanos, es el inmigrante de origen latino más rico de Estados Unidos, según Forbes, que estima su fortuna en 2.600 millones de dólares. En el mundo de los desarrolladores todos lo conocen como el “rey de los condominios de Miami”, la ciudad que concentra la mayoría de los casi 100.000 apartamentos que ha construido su empresa, Related Group. La última vez que acaparó titulares alrededor del mundo, sin embargo, fue por su rechazo rotundo a la petición de ayuda de Trump para construir el muro en la frontera mexicana. Pérez contó en varias oportunidades lo que le dijo aquella vez: “No te olvides de que me llamo Jorge Pérez. Una vez que termines la pared, ¿de qué lado quedaría yo?”.

En América Latina no solo tiene sus raíces, sino que es un mercado cada vez más importante para su empresa, que alcanza una facturación anual de unos 10.000 millones de dólares. Sus torres de lujo han cambiado la fisonomía de la gran urbe del sur de Florida, a la vez que le han granjeado el mote de “Trump de los trópicos”, como lo bautizó Time en una portada. Pero la crisis de 2008 y el estallido de la burbuja en el mercado inmobiliario estadounidense lo empujaron a buscar nuevos horizontes y a lo largo de la última década los proyectos proliferaron al sur de la frontera. Las torres de la división internacional de Related Group, algunas terminadas y otras en construcción, ya son cinco en México, dos en Brasil y otras tres distribuidas entre Bahamas, Panamá y Argentina (fuera de la región, tienen otros cuatro proyectos en India).

Argentina fue una de las últimas apuestas latinoamericanas de Related Group. En Puerto Madero, el barrio más nuevo y uno de los más caros de Buenos Aires, está en la etapa final de construcción, con fecha de inauguración en 2019, un complejo de dos torres con un hotel de cinco estrellas en el que invirtió 250 millones de dólares. “Siempre ha sido un sueño volver al país donde nací y construir algo que sea icónico”, afirmó el magnate en un encuentro con la prensa durante una reciente visita a la capital.

Empezó con pisos baratos y ha conseguido construir más de 100.000 viviendas

MÁS INFORMACIÓN

Orígenes

Pérez nació en Argentina porque allí había sido destinado su padre como ejecutivo de una multinacional farmacéutica. En un libro sobre negocios que publicó en 2008, Powerhouse principles con prólogo de Trump, el gran desarrollador de Miami cuenta que su familia regresó a Cuba a raíz de la muerte de su abuelo, cuando su padre decidió dejar su trabajo para iniciar su propia empresa en la isla. Cuando él tenía diez años Fidel Castro llegó al poder y lo perdieron todo. Tras varios años de exilio en Colombia, Pérez llegó a Estados Unidos para empezar su carrera universitaria. Se graduó en Planeamiento Urbano en Michigan y llegó a Miami con su primer trabajo, en el departamento de Planificación de la ciudad.

“Siempre pensaba en crear algo propio y convertirlo en un éxito”, contó Pérez en su libro. Su carrera empezó a fines de los años setenta en el sector de las viviendas de bajo coste. Durante la década siguiente comenzó a construir cada vez más apartamentos para alquiler y en los noventa se inició en la que hoy es la principal división de su compañía: la de las grandes torres de condominios, que representan el 50% de la facturación. Related Group fue fundada en 1979 como una empresa hermana del emporio inmobiliario de Stephen Ross, el magnate neoyorquino que fue el gran socio de Pérez durante años. Pero el argentino compró su participación hasta convertirse en el accionista mayoritario.

Hoy, los viajes a América Latina le permiten supervisar y promocionar sus desarrollos locales, pero también vender unidades de sus proyectos en Estados Unidos. Miami es el destino predilecto de los latinoamericanos con altos ingresos que, para resguardar su capital de la inestabilidad económica de sus países, invierten en propiedades en la primera economía mundial. “Se trata de convencerlos de que están comprando en la puntita sur de una economía gigante, en una ciudad (Miami) que crece más que todo el resto de la economía del país. La gente compra esa seguridad, más que un departamento con dos dormitorios y vista al mar”, afirma Carlos Rosso, presidente de la división de condominios de la compañía. Muchos se han convencido de hacer esa inversión en los últimos años. Los argentinos, detalla Rosso, compraron un tercio de los 7.000 apartamentos que la compañía construyó en Miami en la última década. Brasileños y mexicanos los siguen en importancia.

Antes del crash de los bienes raíces de 2008, el ritmo de construcción de Related Group era mucho mayor. La crisis llegó cuando la empresa estaba terminando proyectos importantes, como el Icon Brickell de Miami, y muchos compradores que habían firmado los contratos se retiraron. “Teníamos casi 6.000 millones de dólares de préstamos y nadie escriturando las unidades”, recuerda Rosso. Negociaron la deuda con la banca y hasta entregaron departamentos como forma de pago. La empresa sobrevivió, pero con una dinámica más conservadora. Los anticipos que piden a los compradores pasaron del 20% al 50%. “Se te achica la cantidad de compradores que pueden acceder, pero era lo que queríamos para autolimitarnos”, explica Rosso.

Lynda Fernández, de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces de Miami, explica que los inversores de América Latina fueron clave para que el sector inmobiliario de la ciudad recobrara su vigor. “Después de la crisis de 2008, Miami se recuperó más rápidamente y más fuertemente que otros mercados de Estados Unidos gracias a los compradores internacionales, y los latinoamericanos siguen siendo los número uno”, afirma Fernández.

Fuente: El País