El Banco Santander obtuvo un beneficio neto de 5.742 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 13% más que en el mismo periodo de 2017. Todos los márgenes de la cuenta de resultados descienden, pero las ganancias suben al reducir las dotaciones por impagos, ya que ha caído la tasa de morosidad del grupo. Los bajos tipos de interés castigan los márgenes del negocio pero mejoran la capacidad de pago de los clientes, que se refleja en la caída de los créditos dudosos tras 10 años de crisis.

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Además, en los nueve primeros meses de 2018 el Santander ha tenido que hacer frente menores gastos de reestructuración y saneamiento, 300 millones, que los tuvo hace un año, cuando compró el Popular y destinó 500 millones a la reducción de plantilla y oficinas. El banco explica que este año ha cargado 280 millones netos de impactos fiscales por la reestructuración en España, otros 40 millones en el centro corporativo y 20 millones en la filial de Portugal.

La cuenta también se ha visto afectada por la caída de las divisas: sin el efecto del tipo de cambio el beneficio neto hubiera subido un 28%. Sin embargo, el banco afirma que mantiene su previsión de aumentar el beneficio por acción (BPA), más del 10% en 2018, tras elevarlo un 5% hasta septiembre.

El banco ha explicado que el crecimiento de los ingresos en varios mercados como Brasil, España, México y Portugal, y la mejora en la calidad del crédito ha compensado «sobradamente» el impacto de las divisas, como el peso argentino, respecto al euro.

Nuevo plan estratégico

«Hemos logrado de nuevo muy buenos resultados de manera responsable y sostenible, aumentando los clientes vinculados y digitales gracias a nuestra inversión en transformación digital, y logrando estar entre los tres primeros en satisfacción de clientes en la mayoría de nuestros mercados», ha subrayado la presidenta Ana Botín.

En su opinión, «el liderazgo en Europa y América, con 142 millones de clientes, nos permite tener gran potencial de crecimiento orgánico, rentable y de manera responsable». Añadió que, a principios de 2019 la entidad anunciará su nuevo plan a medio plazo, que coincidirá con la incorporación de Andrea Orcel, ahora alto directivo del banco de inversión UBS, como segundo ejecutivo del Santander. El actual consejero delegado, José Antonio Álvarez, pasará a ser vicepresidente ejecutivo y presidente de la filial española.

En los nueve primeros meses del año, América aportó el 48% al resultado del grupo y Europa, el 52%. Brasil fue el país que más contribuyó a los resultados, con el 26%, seguido de España, con el 17%, y Reino Unido, con el 14% del total del beneficio ordinario.

Descensos en el Reino Unido

Hasta hace unos trimestres, la filial británica era la segunda que más beneficios aportaba mientras que la española limpiaba su ladrillo tóxico procedente de la crisis financiera. Ahora, la entidad radicada en Londres no proporciona alegrías: ha ganado 1.077 millones, un 10,4% menos y, en esta ocasión, no se debe al efecto de la depreciación de la libra porque también disminuye su resultado en la moneda británica. Todos los márgenes de la cuenta caen, empezando por el financiero, que desciende un 6,2%, pese a que el volumen de créditos sube un 3,5%. Los gastos se elevan un 5,4%, La morosidad se mantiene baja, el 1,1%, con una cobertura  ajustada del 33%. 

Aunque Brasil sigue teniendo mucho peso en las cuentas del grupo, solo ha elevado el beneficio un 2% por la depreciación del real. Sin este efecto, el resultado sube un 24%. La cuenta de resultados de España presenta mejoría en todos los márgenes, con gran peso de la incorporación del Popular. Las dotaciones se elevan un 40% y gana 1.026 millones, un 27%.

En España el volumen de crédito sigue cayendo, un 4% hasta septiembre, mientras que los depósitos se elevan un 1,7%. Los mayores costes de reestructuración provocan que la eficiencia (lo que gasta la entidad por cada 100 euros que ingresa) empeore hasta el 56%. La morosidad sigue en ratios elevados, el 6,23%, tras la integración del Popular. El Santander ha reducido un 2,8% su plantilla en España hasta 32.425 empleados.

La división de créditos al consumo sigue siendo un pulmón del grupo; elevó sus beneficios hasta los 1.000 millones, un 16,6% más, con una morosidad del 2,45% y una cobertura del 106,4%. Un total de 14.861 empleados trabajan en esta unidad.

Los problemas de hiperinflación en Argentina, que representa el 1% del beneficio del grupo, han caído un 38%, y gana 67 millones, tras un impacto negativo de 169 millones. También ha supuesto una anotación positiva en el capital de dos puntos básicos por la revaluación de los activos.

Otras filiales importantes que no dieron disgustos fueron México, que ganó 554 millones, un 13% más, con un nuevo diseño de las oficinas, Chile, que logró 461 millones, un 5% más, y Estados Unidos, que aportó 460 millones, un 36% más. 

La ratio de eficiencia del grupo Santander se mantiene en 46,9%, una de las mejores entre sus competidores. La rentabilidad sobre recursos propios (ROE) ha mejorado desde el 7,54% al 8,2% en el último año, aunque todavía está por debajo del coste del capital que, según los banqueros, se sitúa cerca del 10%.

En cuanto al tipo de negocio que desarrolla el grupo Santander, el 36% de sus créditos son hipotecas a hogares, el 17% créditos a empresas, el 16% préstamos al consumo, el 11% para pymes y el resto para particulares y otros, según el banco.

Más clientes digitales

El número de clientes que hacen uso de servicios digitales aumentó un 24% en los últimos doce meses, hasta 29,9 millones, gracias a que las inversiones en tecnología han permitido un crecimiento en la utilización de estos servicios.

La calidad del crédito del grupo mejoró y la tasa de mora del grupo se redujo en 37 puntos básicos en el último año, hasta el 3,87%. El coste del crédito cayó al 0,98%, 14 puntos básicos menos que un año antes y el menor nivel desde 2008.

Santander generó 31 puntos básicos de capital en el tercer trimestre, con lo que la ratio CET1 ‘fully loaded’ se situó en el 11,11% a septiembre de 2018, en línea con su objetivo para el cierre de año.

Esta ratio no incluye el impacto positivo estimado de nueve puntos básicos por la venta de WiZink, que previsiblemente se registrará en las próximas semanas, ni el impacto por la aplicación íntegra de la norma NIIF9 (-27 puntos básicos), para la que existe un calendario transitorio de cinco años antes de que entre en vigor en su totalidad en 2022.

Fuente: El País