Cuando una empresa escucha la palabra robot, poco más que el miedo se apodera de ella. La ciencia ficción poco ha ayudado a contemplar como amigables a estos seres compuestos por algoritmos e inteligencia artificial. Pero no deja de ser eso, ciencia ficción. El día a día de las organizaciones lejos queda de las creaciones artísticas. Como explicó José María Pérez, director general de Atento, en el encuentro organizado por su propia empresa llamado Humans & Robots, entre el 20% y 30% de sus clientes automatiza alguno de sus procesos. “Es una tendencia imparable”, afirmó.

Expertos como Carl Benedikt Frey, fundador del programa de tecnología y empleo en la Oxford Martin School, han alertado del riesgo de postergar sine die la automatización. En uno de sus estudios más reconocidos, el docente asegura que el 47% de los trabajos puede desempeñarlo una máquina. Sus conclusiones solo han de servir como toque de atención para que las compañías tomen cartas en el asunto.

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En palabras de Franck López, vicepresidente de ventas de UiPath, en cinco años, no habrá ninguna empresa que no haya robotizado parte de sus procesos -conocido como RPA, siglas en inglés de Robot Process Automation-. “Aumenta la satisfacción del resto de trabajadores y mejora la productividad en un 75%”, zanjó.

Dentro de este horizonte de 2025, López fue muy categórico al asegurar que será entonces cuando cada empleado tenga un robot bajo su tutela. Para justificar tal pronóstico, puso sobre el escenario la experiencia de su organización con la consultora PwC. “Este año les hemos instalado unos 40.000 robots. Para el año que viene serán cerca de 300.000”, indicó. Con las predicciones ya presentes en el ambiente, Alberto Hernández, director de soluciones de Atento, se animó a vaticinar que los RPA serán en breves tan comunes como abrir un documento de Word. “Las compañías han de convencerse de que un robot acelera las gestiones y mejora la experiencia del cliente”, apuntó.

La pérdida de empleos sobrevolaba el ambiente. Uno de los grandes temores de los trabajadores es ver cómo los reemplazan por una máquina. Las revoluciones industriales demostraron justo lo contrario. Surgieron muchas más oportunidades laborales. Según el Foro Económico Mundial, en 2022 habrá 50 millones más de empleos de los que la automatización haya podido destruir. Enrique Escudero, desarrollador del negocio de operaciones de Securitas Direct, apeló a combatir la resistencia contra la incorporación de la tecnología. “Esto no es más que encender y apagar robots”, simplificó a la vez que añadía que los RPA son algo natural en cualquier empresa. 

Para el año 2025, cada empleado tendrá un bot a su servicio”.

Franck López, vicepresidente de ventas de UiPath

La implicación de los directivos

El curso de la automatización no puede ser el reclamo principal para introducir robots. Tampoco la propuesta aislada de algún empleados. Javier Castellanos, robot factory manager de Orange, aclaró que si en su empresa han tenido éxito, ha sido por la implicación del director ejecutivo. “La robotización partió de él. Tiene que ser una apuesta estratégica que venga desde arriba”, sostuvo. Por si algún CEO evitó darse por aludido, López reforzó este argumento con una cifra: los máximos responsables ganarían una media de dos días semanales al eliminar sus tareas administrativas. “Su apoyo es fundamental para que los RPA triunfen”, concluyó.

Automatización: así es la batalla entre trabajo y tecnología

La automatización no es invasiva ni intrusiva. Acelera las gestiones y la experiencia del cliente”.

Alberto Hernández, director de soluciones de Atento

Si en un elemento coincidieron la mayoría de los ponentes fue el del objetivo principal de la automatización, que no es otro que liberar a los trabajadores de las tareas más monótonas y aburridas. Con la idea de liberar a los incrédulos de aquellos miedos de ciencia ficción, Escudero recalcó que su empresa creó cerca de un millar de empleos netos gracias a la robotización. “No siempre será la solución más óptima, pero, cuando está demostrado que es lo más efectivo, es la manera más sencilla de mejorar el empleo”, precisó.

El potencial de los RPA puede ser imparable con la ayuda de otras tecnologías. En palabras de López, la inteligencia artificial y el big data llevarán a los robots a entender sin fallos documentos, archivos gráficos y hasta a los propios clientes. “Tenemos androides que se mantienen ellos mismos. Aprenden y mejoran su trabajo solos”, resumió. Sean autónomos o no, el tiempo de excluirlos de los procesos de una compañía ya pasó de largo. 

Fuente: El País