El Puerto de Bilbao creció más de un 4 % en volumen de tráfico de mercancías en 2018, al contabilizar 35,6 millones de toneladas. Las previsiones para este año incluyen un aumento del 2 % para llegar a los 36,3 millones de toneladas, según las estimaciones de Ricardo Barkala, presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao (APB).

Por segmentos, el movimiento de contenedores, el que más margen aporta, subió un 5,3 %, hasta casi 640.000 unidades. En los muelles vizcaínos opera la mutinacional china Cosco tras la compra de Noatum, que concentra en Bilbao el tráfico de contenedores.

También destacó el incremento de graneles líquido, que fue del 3,57 % gracias a la aportación de Petronor. La refinería es el principal cliente del Puerto de Bilbao. Este año, la filial de Repsol ha abordado una parada técnica en sus instalaciones de Muskiz (Bizkaia) en la que invertirá más de 50 millones. Esta revisión se notará en una menor actividad en los muelles vizcaínos.

En el ámbito de los pasajeros, casi 200.000 personas arribaron o zarparon de Bilbao, la mayoría por el servicio de ferri que conecta con Reino Unido. Además, de los 59 cruceros que recibió el Puerto de Bilbao en 2018 desembarcaron casi 87.000 pasajeros.

Los ingresos totales crecieron un 2,6 %, hasta 70,6 millones, pese a la rebaja de tarifas, que restó una facturación de 1,2 millones.

En 2019, el Puerto de Bilbao seguirá invirtiendo en ampliar su capacidad. En concreto, más de 61 millones. Gracias a estas obras, durante este mismo ejercicio, contará con 300.000 metros cuadrados adicionales de muelles. El complejo trabaja ahora al 87 % de su capacidad.

Ante el Brexit, Ricardo Barkala cree que el de Bilbao es el puerto de la cornisa cantábrica mejor preparado para este cambio. Reconoce que puede provocar retrasos y complicar los trámites, pero el 79 % del tráfico de APB ya procede de países que no son miembros de la UE y los procesos burocráticos son similares a los que pudieran llegar con el Brexit. Reino Unido aporta actualmente el 10 % del tráfico total del puerto vasco.

Fuente: Cinco Días