La industria aeroespacial española atraviesa un momento de expansión que la posiciona como una referencia en el ámbito internacional. En los últimos 15 años, la participación española en el sector aeronáutico mundial se ha multiplicado por 4, representando más del 6% de nuestro PIB industrial con un porcentaje de casi el 85% dedicado a la exportación. Gracias a su decidida apuesta por la innovación, España se ha convertido en uno de los diez países del mundo con la capacidad necesaria para construir un avión de principio a fin.

Un buen ejemplo que pone de relieve el excelente momento que vive nuestro sector es que la facturación de las empresas integradas en la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio (Tedae) alcanzó en 2017 los 11.180 millones de euros de facturación, un 4,5% más que en el ejercicio anterior y el doble que el registrado en 2007. En algunas regiones esta cifra no solo se mantiene sino que se incrementa de forma considerable. Tal es el caso de la Asociación Cluster de Aeronáutica y Espacio del País Vasco – Hegan, cuya facturación asciende a los 2.425 millones de euros, un 7,9% más que en el ejercicio anterior.

El sector aeroespacial es al mismo tiempo un importante generador de empleo cualificado en España. El incremento del 1% en 2017 confirma la tendencia de crecimiento continuado en los últimos años y sitúa por encima de 56.000 los profesionales que desarrollan su labor en un sector de elevado componente tecnológico.

Las cifras ponen de relieve la decidida apuesta por la innovación y el desarrollo tecnológico y la presencia de una estructura productiva fuertemente competitiva en áreas en las que el sector aeronáutico español es líder. Más del 12% de la facturación de la industria aeroespacial española se invierte en ­I+D+i­ frente al 1,19% del total nacional, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Se calcula que, por cada 100 euros invertidos por la industria aeronáutica en I+D+i, se produce un incremento en el PIB de 700 euros, lo que convierte al sector aeronáutico en un acelerador económico con una gran proyección de futuro. Invertir en I+D+i es el único camino posible para seguir manteniendo el pulso competitivo y comercial.

Los retos de nuestra industria pasan por incrementar la especialización, la investigación e innovación, la competitividad, y la eficiencia de las cadenas de suministro. También debemos acrecentar nuestra presencia en el mercado internacional. Hacia este objetivo debemos orientar nuestra actividad. Necesitamos una industria ágil, dinámica y bien posicionada a la hora de participar en los consorcios internacionales que garantice el retorno de las inversiones que se realicen.

Según las previsiones de los principales OEM (fabricantes de equipos originales) serán necesarias más de 35.000 nuevas aeronaves para 2035 como resultado de la demanda de nuevas rutas y una mayor frecuencia de vuelo por parte del consumidor. En un contexto de creciente demanda y de irrupción de nuevos actores en el mercado, si queremos mantener el ritmo de crecimiento de nuestra industria aeronáutica es necesario relanzar un plan sectorial que englobe la industria, la Administración Pública y los distintos organismos de investigación.

El aeroespacial es un sector dinámico y cambiante que necesita una innovación constante y un apoyo incondicional por parte de las instituciones que contribuya a que las empresas españolas acudan al mercado en igualdad de condiciones con sus competidoras de Francia, Alemania o Gran Bretaña. Debemos estar preparados para satisfacer requisitos cada vez más exigentes de calidad, producción y precios.

España es un país puntero a nivel mundial en tecnología aeronáutica. Las perspectivas de crecimiento del sector aeroespacial de nuestro país son optimistas gracias a la implicación y al esfuerzo que se están realizando desde muchos ámbitos. La adaptación a la creciente digitalización y el avance en competitividad y en la internacionalización de nuestros productos, servicios y tecnologías se presentan como los únicos caminos posibles para dar respuesta a las crecientes demandas que surgirá en los próximos años.

Ginés Clemente es fundador y consejero delegado de Aciturri

Fuente: Cinco Días