El éxito de taquilla de Sony esconde la calidad global de la película. El viernes, el gigante japonés de la electrónica, valorado en 48.000 millones de euros, dijo que volvería a comprar 30 millones de acciones, el 2,4% de las que tiene en circulación, por valor de 100.000 millones de yenes (800 millones de euros).

Días después de anunciar unas ganancias decepcionantes, es una señal de confianza del nuevo jefe, Kenichiro Yoshida. Sin embargo, para impulsar los rendimientos a largo plazo, necesita convencer a los inversores de que también se está llevando a cabo una revisión más profunda del conglomerado de videojuegos y películas.

La recompra, que se llevará a cabo hasta el 22 de marzo, será la mayor de la historia de Sony. Apenas la semana pasada, la compañía anunció una caída peor de la esperada de las ganancias operativas de su división de consolas Play­Station, la vaca lechera de Sony. Esto ayudó a laminar unos 8.000 millones de euros del valor de mercado de la empresa en los días siguientes. El último movimiento ya está amortiguando ese golpe: el viernes, sus acciones subieron un 4,10%.

Eso debería mejorar la posición de Yoshida entre los accionistas. Desde que asumió el cargo el pasado mes de abril, el consejero delegado había presidido una rentabilidad negativa del 8% hasta el jueves día 7, en gran medida en línea con el índice de referencia Topix de Tokio.

Además, el plan de recompra muestra que el balance de Sony es más sólido que en los últimos años. El efectivo neto, excluyendo el negocio de servicios financieros del grupo, se situó en 445.000 millones de yenes, alrededor de 3.600 millones de euros, frente a los 177.000 millones de yenes del año anterior (1.400 millones de euros).

Sin embargo, las acciones cotizan a unas 11 veces los beneficios futuros, muy por debajo de su propia media de dos años, y los videojuegos rivalizan con los de Nintendo en un múltiplo de 14 ocasiones, según muestran los datos de Refinitiv.

La culpa es de la desordenada expansión del conglomerado. Además de los videojuegos, la música y las películas, Sony también alberga una unidad de semiconductores intensiva en capital, así como un negocio de teléfonos inteligentes con pérdidas. Para desbloquear el valor harán falta pasos más audaces, como escindir la fabricación de chips o salir de los teléfonos móviles. La bonanza de las acciones, aunque bienvenida, no llegará muy lejos.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días