Seis horas y 20 minutos. Es el tiempo que ha necesitado Pablo Fernández (Madrid, 1980) para establecer su tercer récord mundial. El 25 de enero se convirtió en la primera persona en recorrer a nado los 25 kilómetros que separan Nicaragua de El Salvador. Esta zona, en la que convergen el Océano Pacífico y el Golfo de Fonseca, alberga uno de los santuarios de tiburones más antiguos del mundo.

“Antes de salir fueron necesarias muchas horas de entrenamiento físico y mental, porque este reto requiere de mucha psicología. La fuerza de las corrientes hacen que puedas llegar a pasar horas totalmente parado o incluso yendo hacia atrás”, cuenta al teléfono.

  • Tiburones… financieros

La natación es una de sus mayores pasiones, pero no la única. Fernández ha demostrado que es capaz de aplicar la constancia, perseverancia y convicción que presenta en el agua en su vocación por emprender. Tras su paso por la escuela de negocios de la Universidad de Harvard, comenzó a ganar experiencia en consultoría y finanzas, primero en Boston Consulting Group y más tarde en el banco Santander. Pero quería ir un paso más allá. Por este motivo, dejó su trabajo para fundar junto a otro socio Clicars, una startup de venta de coches online que ya acumula 50 millones de euros en facturación.

Pablo Fernández recorre la distancia que separa Nicaragua de El Salvador a nado

La labor de su empresa consiste en digitalizar la venta de coches y, por ello, no cuentan con ningún concesionario físico. Su modelo es similar al de Amazon, de entrega a domicilio. Muchos de sus clientes compran vehículos sin verlos. Pueden probarlos 15 días o mil kilómetros y si no están satisfechos, les devuelven su dinero. Y no les va mal. En solo tres años, presumen de ser la empresa líder en venta de coches online en Europa y han logrado formar parte del grupo PSA, matriz de compañías como Peugeot, Citroën y Opel.

  • Una brazada cada vez

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El empresario de Carabanchel está convencido de que existen considerables paralelismos entre su actividad deportiva y la que realiza en la oficina. La idea de ser pionero en cubrir sus itinerarios a nado es para él un incentivo comparable con el que percibe en su carrera profesional. “La vida del emprendedor es no rendirse nunca y seguir adelante. Mi lema es: ‘Una brazada cada vez’. En los retos a los que me enfrento, por muy cansado que estés, siempre puedes dar una brazada más, y con el emprendimiento es igual. Cuando sientes pasión por lo que haces y trabajas duro para alcanzar tu meta tienes la oportunidad de diferenciarte. Emprender es una carrera de fondo en la que no siempre gana el más rápido o el más listo; a veces gana el que más aguanta”, defiende.

  • Capeando el temporal

Y su aguante, al menos en el ámbito deportivo, está más que probado. Con su última hazaña, Fernández suma una victoria importante a un palmarés nada desdeñable. Además de haber atravesado a nado el estrecho de Gibraltar y la distancia entre Alcatraz y San Francisco, el español fue la primera persona en nadar desde las Islas Vírgenes hasta Puerto Rico y en cruzar de Senegal a Gambia atravesando la desembocadura del río homónimo, con unas corrientes que recuerda similares a las de su último reto. Por no hablar de la presencia de cocodrilos en sus orillas.

“En un momento vi que el barco que me acompañaba se iba a la deriva. Resulta que los tripulantes se pusieron a rezar —Gambia y Senegal son países de mayoría musulmana— y dejaron de tripularlo. Les dije que era peligroso que se alejaran, porque aquello estaba lleno de cocodrilos, y me contestaron que no iba a pasarme nada porque estaban rezando por mí”, recuerda.

Cuando llegó con su equipo a la frontera con Nicaragua en su última aventura, la oficina de inmigración estaba cerrada. Un grupo de militares se acercó a ellos y les dijo que debían esperar a que la abrieran a pesar de que tuvieran todos los papeles en regla. El tiempo apremiaba, porque dependían de las corrientes marinas, y decidieron asumir el riesgo burocrático y comenzar sin pasar por la oficina. “Lo bonito de estos retos es que son siempre algo totalmente nuevo y, como tal, te enfrentas a dificultades nuevas. Siempre surgen imprevistos, como sucede cuando diriges una empresa. Y a veces hay que improvisar para seguir adelante”.

Fernández es partidario de dar un significado solidario a cada una de sus aventuras. Tras alcanzar las costas de El Salvador, el emprendedor donó 10.000 euros a varias escuelas de educación primaria en el país, así como en Nicaragua y Honduras. Su siguiente reto, al que pretende enfrentarse en los próximos meses, podría convertirle en la primera persona del mundo en cruzar nadando desde Filipinas hasta Malasia y tiene en mente atravesar el Río Congo en un futuro cercano.

Fuente: El País