Isidro Fainé, como cada año por estas fechas otoñales, se pone el hábito de líder de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) y aprovecha la celebración del congreso anual (este año ha sido el XVIII) para repasar la actualidad y lanzar sus proclamas. A la llamada del también presidente de la Fundación La Caixa acuden, además de directivos del universo Caixa, representantes del Gobierno, normalmente el titular de Economía; de la comunidad autónoma y de la localidad donde se celebra el acto, y el Rey, que desde 2017 es presidente de honor de la Fundación CEDE. Este año se ha celebrado en Málaga y estuvieron el alcalde (Francisco de la Torre) y el presidente de Andalucía (Juan Manuel Moreno), pero fallaron los políticos nacionales, metidos en campaña electoral, y el Rey, cuya agenda le impidió asistir a un acto en el que se siente a gusto y suele mimar, como hizo la semana pasada con el Congreso de la Empresa Familiar.

Así que los más de 1.400 directivos asistentes no recibieron mensajes electorales, aunque sí hubo recados políticos muy centrados en temas sociales de algunos de los ponentes y en el papel de las empresas al respecto. Ocurrió con el presidente de CaixaBank, Jordi Gual, que ofreció un discurso muy bien armado contra los populismos; con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que volvió a reclamar diálogo; con las opiniones de Shlomo Ben-Ami y Javier Solana, y con la intervención del propio Fainé.

Gual apela a la razón contra la emoción. Jordi Gual, presidente de CaixaBank, se ha apuntado al compromiso social como recientemente hizo Ana Botín, presidenta del Santander. Gual, en su intervención en el congreso de directivos, atacó los populismos, a los que calificó del “triunfo de la emoción sobre la razón”, y pidió a las empresas que los combatan, así como que se involucren en la lucha por afrontar los grandes retos sociales, tecnológicos y económicos como la digitalización y el cambio climático. A su juicio, esos desafíos impactan en la estrategia de las empresas. “Como dirigentes empresariales tenemos una responsabilidad y un compromiso con la sociedad, no nos podemos quedar al margen”, enfatizó destacando que deben ir más allá de la rentabilidad.

Debate geopolítico entre Solana y Ben-Ami. El congreso de directivos ofreció la oportunidad de escuchar a Javier Solana y al político israelí Shlomo Ben-Ami, que compartieron mesa y preocupaciones sobre la situación geopolítica mundial. Ambos coincidieron en destacar el impacto de la globalización y de la evolución del capitalismo como modelo productivo. “Es el único modelo, pero capitalismo no es igual a sociedad democrática. Ha ganado, pero no ha ganado la democracia y es fundamental luchar contra la desigualdad porque la desigualdad genera veneno y el veneno provoca extremismos”.

Las elucubraciones de De Meo sobre el coche eléctrico. El presidente de Seat, Luca de Meo, arrebató risas en el auditorio del congreso de directivos cuando dijo que los coches eléctricos solo los pueden comprar lo ricos, “como vosotros, los que estáis aquí, como pasó en 2007 con el iPhone”. Se refería, evidentemente, al actual precio de estos vehículos y que su evolución les hará más accesibles y pidió alternativas para que así sea. En todo caso, destacó que su grupo se ha propuesto vender un coche eléctrico de cada cuatro en 2025, entre otras cosas para no tener que pagar multas millonarias.

El veterano ejecutivo de Manresa volvió, como en las ediciones anteriores, a dejar su recetario particular sin desviarse de sus peticiones de reformas estructurales. Y si en las ediciones anteriores había reclamado un “cambio de tercio en la política económica”, en esta incidió en la necesidad de que “tras las elecciones del domingo se abran los oportunos espacios de negociación con vistas a consensuar” esas reformas. Y prácticamente repitió el párrafo reclamando la mejora de “la calidad del sistema educativo, el correcto funcionamiento del mercado laboral y el diseño acertado del sistema impositivo”.

En 2018, Fainé subrayó que el Gobierno de Pedro Sánchez era consciente de ello, “como bien se pone de manifiesto en el plan que ha enviado a Bruselas (la Agenda del Cambio)”. Este año no ha hecho ninguna alabanza ni referencia a los programas de los partidos, sin duda porque no tocaba, y se ha centrado en “la combinación formidable de fuerzas tecnológicas, sociales y políticas que cambiarán profundamente los mercados en los que compiten nuestras empresas”. “Nadie se escapará de los desafíos”, dijo, “de esta nueva era”.

Muy dado a elaborar fórmulas magistrales, dejó un decálogo con las “cuestiones” que las empresas deben vigilar con atención:

“Las fuerzas políticas, tecnológicas y sociales cambiarán los mercados profundamente ”

“Nuestro cometido como directivos es anticipar tendencias, saber ganar el futuro”

1. Las innovaciones tecnológicas cada vez van a ser más rápidas y disruptivas, especialmente la digitalización.

2. La robotización y la inteligencia artificial alterarán los equilibrios del mercado laboral de manera súbita y profunda.

3. La educación y la formación continuada serán la clave del progreso personal y social.

4. Las tecnologías digitales amenazan la privacidad de las personas, así como la seguridad de las empresas y de los Gobiernos (“habrá que poner remedio”).

5. La mentalidad de los jóvenes es cada vez más abierta respecto a las ocupaciones que están dispuestos a realizar y los países donde vivir.

6. Las nuevas generaciones muestran valores y comportamientos muy distintos a las anteriores. Combinan mayor individualismo en el ámbito laboral y un compromiso social más intenso.

7. Cada vez está más extendida la conciencia de preservar el medio ambiente y la sostenibilidad del planeta.

8. La transición demográfica empieza a notarse con toda claridad, con el descenso de la natalidad y el envejecimiento acelerado de la población.

9. La desigualdad en la distribución de la renta y la riqueza amenazan el orden social.

10. El mapa geopolítico y geoeconómico global está sometido a un proceso de cambio convulso.

Ante ello, Fainé deja su impronta a los directivos para el manejo de las empresaas: “Debemos anticipar tendencias para construir nuestro futuro empresarial, el cometido es saber ganar el futuro. El camino pasa por lograr de manera simultánea el compromiso de los empleados, la fidelidad de los clientes, la satisfacción de los accionistas y el reconocimiento de la sociedad. Si una empresa es fuerte en los cuatro aspectos será imbatible”. Y remató: “Si nosotros no cambiamos las cosas de manera continuada, el mundo nos cambiará a nosotros y a nuestra empresas”.

Un actor en la corte de los directivos

El congreso de directivos de este año contó con la presencia de Antonio Banderas, aprovechando la celebración en su ciudad natal y que La Caixa patrocina su teatro. El actor y productor (en la foto con el alcalde de, Francisco de la Torre, e Isidro Fainé) disertó sobre su visión del liderazgo: “Un buen empresario es el que se siente rico no por la cantidad de dinero que acumula, sino por la cantidad de familias a las que hace posible una vida digna”; “el líder moderno no es un iluminado que lucha contra los molinos de viento”.

Fuente: El País