Ryanair es famosa por mantener bajos los costes, pero el nuevo sistema de incentivos de su CEO, Michael O’Leary, es de todo menos frugal: stock options que podrían valer casi 100 millones si duplica el beneficio neto o el precio de la acción antes de 2024. Parece exigente, pero está al alcance.

La compañía lleva más de un año perdiendo altura. Una rotación de pilotos fallida en 2017 condujo a una ola de huelgas que empañó su ventaja competitiva. Ha emitido dos profit warnings desde octubre y ha reducido las tarifas de invierno un 7%. La acción ha bajado un 40% desde su máximo en agosto de 2017, 19,23 euros.

Así que el bonus parece un poco exagerado. Ryanair ha concedido a O’Leary opciones sobre 10 millones de acciones que puede ejercer a 11,12 euros si los ingresos netos anuales alcanzan los 2.000 millones –la previsión es de 1.000 millones para el ejercicio hasta marzo– o si la acción supera los 21 euros. Si las ejerce, la participación del CEO superaría el 5%, y se convertiría en el mayor accionista.

No son objetivos tan extravagantes como parecen. Ryanair ya tiene previsto aumentar el número de pasajeros a 200 millones para 2024, desde los 142 millones previstos para este ejercicio. La bajada de tarifas y los conflictos laborales probablemente arrastraron el beneficio neto por pasajero a unos 7 euros este año. Pero si esa cifra se recupera a 10 euros–menos de lo que Ryanair ha logrado en el pasado– y la compañía alcanza sus objetivos de pasajeros, O’Leary cobrará su recompensa.

Ryanair puede argumentar que es bueno para los accionistas. Con 21 euros por acción, los inversores estarían más de 11.000 millones mejor que el día 8, cuando O’Leary recibió las opciones. La pregunta, sin embargo, es en qué medida está eso bajo su control. En el cíclico sector de las líneas aéreas, los beneficios dependen en gran medida del precio del petróleo y del éxito o fracaso de los rivales. La dirección de Ryanair es en gran medida culpable de las huelgas de personal que provocaron una cancelación generalizada de vuelos. Una recuperación puede ser menos difícil de lo que parece.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días