Convocados por las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG, los agricultores y ganaderos se movilizarán en toda España esta semana en defensa de un futuro con explotaciones viables y por el reconocimiento por parte de la sociedad del papel de la actividad agraria para la producción de alimentos de calidad frente a las acusaciones de ecologistas y animalistas en materia de contaminación o de bienestar animal. Inicialmente las movilizaciones habían sido anunciadas el pasado mes de diciembre por Asaja en línea con las manifestaciones celebradas en La Haya, París, Berlín o Bruselas.

Aunque en algunas zonas el eje las movilizaciones responde a problemas muy concretos como la situación del aceite en Andalucía, los bajos precios de los cítricos en la Comunidad Valenciana, la reconversión de las frutas de hueso en Cataluña y el Valle del Ebro o los bajos precios de la leche en las provincias del norte, la realidad es que se trata de una protesta total que engloba aspectos económicos, políticos y sociales. La protesta tiene que ver con la rentabilidad de las explotaciones, pero también con la propia imagen de los profesionales del campo, afectados por las políticas nacional y comunitaria.

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El sector agrario denuncia la caída de renta de casi un 9% registrada en la última campaña, tanto por la reducción de algunas producciones, como, sobre todo, por el comportamiento negativo de los precios y la falta de mecanismos para la defensa de la estabilidad de los mercados. También reclaman que la anunciada reforma de las ayudas de la Política Agraria Común de la UE, que suponen de media un 25% de los ingresos de una explotación, mantenga recursos suficientes, frente a los recortes anunciados por Bruselas. Igualmente, las asociaciones agrarias exigen que haya por fin una Ley de la Cadena que acabe con el reparto desigual del valor del producto y la política de ventas a pérdidas.

Exportaciones

Los agricultores y ganaderos demandan también una nueva política de acuerdos comerciales en una doble dirección. De cara a la exportación, se reclama una posición más fuerte frente a políticas arancelarias como la norteamericana, que no es la única que sufre el sector, así como contra otras falsas barreras fito o zoosanitarias impuestas por países que solo pretenden proteger sus mercados. En lo que afecta a las importaciones, se denuncia la apertura indiscriminada de fronteras a productos de terceros países, con grandes volúmenes, a bajos precios y a los que no se exige en muchos casos la aplicación de las medidas sanitarias, de bienestar animal o de medio ambiente que deben cumplir los productores comunitarios.

Asaja y COAG se oponen al aumento del Salario Mínimo Interprofesional acordado la semana pasada entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos y lo que conlleva de cuota empresarial a la Seguridad Social por considerar que no son asumibles, si no hay bonificaciones, por parte de muchas explotaciones. La subida, dicen, abocará al abandono de cultivos que requieren mucha mano de obra.

Finalmente, denuncian el desinterés de la clase política por su actividad y, sobre todo, las posiciones hostiles o acusaciones desde diferentes frentes como los ecologistas, veganos o animalistas contra el modelo de agricultura y ganadería. Defienden agricultores y ganaderos que son los primeros interesados en el mantenimiento del medio ambiente y en tener una cabaña ganadera bien tratada, sana y productiva.

En las últimas fechas, desde el sector agrario, a la vista de este panorama, se pedía al ministro de Agricultura romper públicamente una lanza en defensa de la actividad positiva del sector en temas como el cambio climático, medio rural o bienestar animal. En la primera reunión del ministro con las organizaciones agrarias y como primer tema de su nueva etapa, el ministro puso en valor el papel de agricultores y ganaderos en ambas cuestiones.

Fuente: El País