La restauración vivió en 2018 un año histórico en España. El interés creciente de los fondos de inversión por negocios con gran potencial de crecimiento, y la concentración de algunos de los principales operadores disparó la compra de empresas en este sector, alcanzando un valor de 1.540 millones de euros. O lo que es lo mismo: un 2.500% más que en 2017.

Así lo pone de manifiesto la última edición del informe Fusiones y adquisiciones en el sector consumo: múltiplos de valoración 2019 elaborado por EY. Este incluye las operaciones conocidas en las que se han proporcionado datos de precio y ebitda de las compañías involucradas.

En el conjunto de este sector, que incluye los segmentos de alimentación y bebidas, comercio minorista, hogar y cuidado personal y restauración, se llevaron a cabo operaciones por valor de 3.847 millones de euros, un 144% por encima de las registradas en 2017. No solo eso: esa cantidad supone un 34% más que la suma de todo 2016 y 2017, aunque se queda por debajo de los 13.748 millones de 2015. Además, representó el 14% de todo el volumen que se movió en Europa durante el año pasado.

El ‘boom’ de la restauración dispara un 144% la compra de empresas de gran consumo

Los cuatro subsectores registraron crecimientos en el valor de las ventas registradas, aunque por primera vez desde que EY analiza estos datos , desde 2008, la restauración ha desbancado a la alimentación y bebidas como el de mayor volumen registrado.

“Sin duda, ha sido el año de la restauración”, analiza Cecilia de la Hoz, socia del área de transacciones de EY. “Es un sector con tendencias claras de transformación. Empiezan a aparecer operadores nativos online, está el crecimiento del reparto a domicilio, las cocinas centralizadas… Los inversores ven que hay mucho potencial”, explica.

Durante 2018 hubo varias operaciones en este sector de cierta relevancia. Por encima de todas, la adquisición por 500 millones de euros de Sigla, la matriz de Vips, por la mexicana Alsea. Otro ejemplo fue la adquisición de la cadena de hamburgueserías Goiko Grill por parte del fondo L Catteron, por alrededor de 150 millones, o los 100 que pagó Burger King por su mayor franquiciado en España, Megafood, además de la entrada en juego de AmRest durante el año.

Precios altos

Como indica el informe, en este sector se pagó un múltiplo medio de 12,1 veces el ebitda ajustado de la compañía adquirida, por encima de la media de las operaciones de todo el gran consumo, que fue de 11,9, y de la media del resto de Europa, de 11,7. La cifra dato es dos puntos y medio superior a la del año anterior, lo que constata un repunte de los precios dos puntos por encima de la media de los últimos diez años.

“Estamos hablando de múltiplos altos, y cuanto mayor es la operación, mayores son”, analiza De la Hoz. El informe deja patente cómo, además, el precio se encarece si lo que se adquiere es una empresa no cotizada. En el caso de las cotizadas, los múltiplos se situaban más cerca de 11 veces el ebitda que de 12. “Las operaciones fuera de Bolsa están en precios de fin de ciclo. Este nivel no podrá durar eternamente, aunque en 2019 estamos viendo una tendencia muy parecida a la del año pasado”, afirma la socia de EY. “Por el contrario, la Bolsa está infravalorada, y por eso estamos viendo más opas, porque está más barata”, añade.

Un entorno en el que los fondos de inversión ganan protagonismo, aunque como dice De la Hoz, aún en 2018 la mayor parte de las adquisiciones cerradas en el gran consumo estuvieron protagonizadas por empresas industriales, aunque, eso sí, “en 2019 vemos que la actividad de los fondos ha ganado mucho peso relativo”.

El alto nivel de precios pagado tiene su relación con el mayor protagonismo de este tipo de compradores. “Tienen mucha liquidez para invertir, pero no lo hacen si no ven un retorno claro”. Por ejemplo, estos son más dados a comprar empresas cuyo margen de crecimiento es mayor que quizá otras más rentables pero con menor recorrido a futuro. “Tienden a ver más las posibilidades de transformación, porque la ejecutan de forma más rápida, y con una visión diferente. Se ven más fuertes para hacer crecer esas empresas, mientras que los industriales lo analizan más desde una perspectiva más sectorial”, apunta De la Hoz.

Esta destaca el apetito de los fondos españoles, “cada vez con más entidad y muy activos en el consumo.

Fuente: Cinco Días