La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), donde se trasladaron 51.000 millones en créditos con un 90% de morosidad y los peores pisos que tenían las cajas de ahorros en 2012 (los conocidos como activos tóxicos), no levanta cabeza. En 2018 registró unas pérdidas netas de 878 millones de euros en 2018, un 55% más que un año antes, por la caída en un 41% del margen que obtiene vendiendo créditos y los mayores costes financieros de su deuda, que se elevaron un 22%.

La entidad dirigida por Jaime Echegoyen sufrió el efecto de la estrategia de los bancos que vendieron 41.000 millones de créditos malos «con descuentos del 70%, lo que hundió el valor de las carteras en el mercado», según su presidente. Ante esta situación, acabó con la venta de paquetes de créditos e inició la compra de los inmuebles que están en garantía «porque así destruimos menos valor para la compañía». La sociedad está dispuesta a aceptar descuentos del 15%, pero no los que ahora se exigen en el mercado por parte de los grandes fondos internacionales. En paralelo, logró un récord de venta de inmuebles, con 21.152 unidades vendidas, la cifra más alta de su historia.

Echegoyen admitió que este año tendrán unos costes financieros más reducidos, unos 550 millones frente a los 658 millones de 2018, pero gastarán más en la construcción y adaptación de las viviendas que adquieran a los promotores morosos. «Solo podríamos ganar dinero si pasara algo muy raro en el mercado, por una explosión de precios, por ejemplo; será difícil que la Sareb tenga beneficios significativos alguna vez porque trabajamos con el objetivo de acabar nuestra misión, en 2027, liquidando ordenadamente la enorme cartera de créditos e inmuebles que recibimos en 2012», admitió Echegoyen. 

Inyecciones de capital

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Preguntado por si las pérdidas de 2018 obligarán a los bancos y aseguradoras privadas que tienen el 54,1% del capital a realizar nuevas provisiones, como sucedió en ejercicios pasados, el máximo responsable de la Sareb, comentó: «Supongo que los socios apuntarán en sus libros la situación de la compañía». No obstante, descartó que, pese a las pérdidas, tuvieran que pedir más capital a los accionistas. El más relevante de ellos es el Estado, que tiene el 45,9% de la Sareb. Su presidente aseguró que tanto las entidades privadas como el Gobierno, han apoyado el cambio de estrategia de la firma y conocen sus planes de futuro. 

Echegoyen reconoció que recibió una pesada carga en 2012, pero cree que fue bueno para la sociedad española y para la economía porque evitó que se acelerara todavía más la crisis financiera. «Ayudó a frenar la prima de riesgo de la deuda pública, lo que ayudó a los banco y a todos», dijo. No obstante, admitió que es necesario introducir eficiencia operativa en la Sarab para mejorar. «Tenemos que conseguir que nuestros servicers (gestores inmobiliarios) funcionen al máximo nivel de exigencia posible y también necesitamos territorialización», señaló.

En cuanto a los activos, Sareb tratará de generar valor económico a través de la parte inmobiliaria mediante promociones y la gestión urbanística de suelos. «Si les dedicas un poco de inversión y mucha gestión, adquieren un valor muy importante», aseguró Echegoyen.

En el pasado ejercicio Sareb generó unos ingresos totales de 3.650 millones, un 5% menos que en 2017, y elevó un 2% sus gastos operativos, hasta 697 millones. Además, canceló más de 2.114 millones de la deuda que emitió para adquirir los activos dañados a los bancos en crisis en el momento de su constitución. Desde su creación, ha reducido la deuda del Estado en unos 15.000 millones, por lo que ahora tiene 35.761 millones con aval público. Por otro lado, la cartera de créditos morosos ha caído un 44% desde 2012 y en 2018 suma 21.936 millones. 

‘Daciones’ de inmuebles

El banco malo ha acelerado el proceso de conversión de su cartera de préstamos dañados en inmuebles a través de daciones y ejecuciones, y solo en 2018 se convirtieron 1.400 millones de préstamos al promotor en inmuebles. La parte de la cartera representada por préstamos inmobiliarios a promotores sufrió un descenso de ingresos del 16%, hasta situarse en 2.208 millones de euros.

Así, en venta de inmuebles Sareb alcanzó una cifra récord de 21.152 unidades en 2018, un 12% más que un año antes, e ingresó por esta actividad y por la gestión de inmuebles un 19% más, hasta superar los 1.400 millones. El 63% de estas ventas procedió de la venta directa de viviendas, anejos, suelos e inmuebles terciarios, y su grueso se concentró en las comunidades de Cataluña (18,6%), Comunidad Valenciana (17,3%), Andalucía (11,4%) y Madrid (10,3%).

Las 7.823 unidades restantes se vendieron en el marco de los Planes de Dinamización de Ventas (PDV) que Sareb diseñó para ayudar a vender sus promociones a aquellos promotores inmobiliarios que tienen deudas con la entidad.

Además, según el Importe de Impacto Socioeconómico de Sareb (2013-2018) elaborado por EY, la compañía ha aportado a la riqueza nacional un total acumulado de 27.329 millones de euros, lo que equivale al 0,41% del PIB acumulado para ese periodo.

Fuente: El País