El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ha advertido al Gobierno británico de que si la salida del Reino Unido de la Unión Europea se produce sin acuerdo, puede provocar un desplome de los precios de las viviendas en el país de hasta el 35%. Según recogen varios medios británicos, Carney asistió ayer a una reunión especial privada con el Gobierno para evaluar los posibles escenarios económicos en caso de que el Reino Unido y la UE no lleguen a un pacto sobre los términos de la salida pactada el 29 de marzo de 2019.

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En este encuentro —celebrado en Downing Street, la residencia oficial de la primera ministra británica, Theresa May—, según The Guardian, Carney pintó una imagen económica sombría que incluye la posibilidad, en el peor de los escenarios, de que la tasa de desempleo alcance doble dígitos, los precios de la vivienda caigan entre un 25% y un 35% en tres años y los enlaces de transporte con la UE, incluidos los viajes aéreos y el tren Eurostar, se estanquen.

Varias fuentes dijeron al diario británico que Carney comparó el resultado de un Brexit sin acuerdo con las consecuencias del colapso financiero de 2008. «El Gobierno no se limitará a esperar. No lo hizo en 2008. No significa que todo esto vaya a suceder, pero creo que hay un reconocimiento de que hay que contemplar el peor de los escenarios», asegura una fuentes gubernamental a The Guardian.

Además, Carney hizo saber a los ministros que los tipos hipotecarios subirían y la libra esterlina sufriría una fuerte caída, según informa la cadena BBC. Y puede haber restricciones en otros aspectos. En el peor escenario, dejaría de estar garantizada el roaming telefónico (costaría más llamar cuando se salga del país), se vería dificultada la homologación de licencias de conducir de los británicos en otros países europeos, y se complicarían las relaciones empresariales entre ambos lados del Canal de la Mancha, según los informes publicados ayer tras la reunión.

Negociación entre Londres y Bruselas

Londres y Bruselas negocian el Brexit, pero hay incertidumbre sobre si ambas partes podrán ponerse de acuerdo en octubre por los problemas sobre la frontera irlandesa, pues el objetivo es que siga siendo invisible para no perjudicar el proceso de paz norirlandés. No obstante, el negociador comunitario, Michel Barnier, dio a entender esta semana que podría haber pacto en seis u ocho semanas.

La incertidumbre sobre una posible falta de acuerdo se ha intensificado en las últimas semanas ante las divisiones en el Partido Conservador de May, después de que varios diputados euroescépticos rechazasen el llamado plan Chequers.

Ese plan, consensuado por el Gobierno el pasado julio, contempla la creación de un área de libre comercio para bienes después de la retirada británica en 2019, lo que evitaría los controles de aduanas y mantendría abierta la frontera irlandesa.

Fuente: El País