Cuando se ha cumplido un año de la entrada en vigor del Acuerdo Económico y Comercial Global entre Canadá y la Unión Europea, conocido como CETA, el balance para las pymes españolas no puede ser más positivo. Hasta el 98% de los aranceles para la exportación de productos industriales y agrícolas han sido suprimidos, se han simplificado los trámites burocráticos y se han reducido los costes de los procedimientos aduaneros.

Pero también forma parte del CETA la protección de casi 150 indicaciones geográficas, la intensificación de la cooperación en materia legislativa y el reconocimiento mutuo de las normas industriales. Además, este acuerdo permite, por primera vez, el acceso de las empresas de la UE al mercado de contratación pública canadiense.

El tratado ha suprimido hasta el 98% de los aranceles para la exportación de productos industriales y agrícolas

Carole Tonello, directora comercial y de aplicaciones de Hiperbaric, empresa afincada en Burgos líder mundial de equipos de procesado por alta presión (HPP) para la industria alimentaria, señala que para las pymes exportadoras este tipo de acuerdos es de gran ayuda: “Menos trámites y menos impuestos para nuestros clientes es siempre muy beneficioso”. El CETA, resume, “incrementa la competitividad y facilita la penetración en el mercado canadiense”.

Hiperbaric acapara más del 60% del mercado mundial de máquinas de altas presiones para la alimentación. La compañía tiene oficinas en Estados Unidos, en México y en Singapur. “Hay que estar en todo el mundo; por eso, los tratados de libre comercio como el CETA son muy positivos”.

Juguetes

El balance del acuerdo comercial UE-Canadá para la industria española del juguete es positivo, resalta Oliver Giner, responsable del departamento de promoción exterior de AEFJ, la asociación de fabricantes del sector: “Canadá es un país pequeño en lo que a volumen de negocio con España se refiere, pero estamos seguros, y ya lo estamos viendo, de que el acuerdo impulsará las relaciones comerciales”.

De hecho, los datos disponibles hasta agosto, indican que las exportaciones han crecido en torno al 23% con respecto al mismo periodo de 2017, “una cifra que, pese a que el monto total es pequeño –poco más de 740.000 euros en 2017–, representa una importantísima subida que evidencia que el CETA es un acicate para las exportaciones a Canadá, y también, por lo que hemos podido hablar con algunas empresas, para que estas puedan ser reexportadas a EE UU, haciendo de Canadá una puerta de acceso al mercado de juguetes más grande del mundo”.

La patronal de alimentación y bebidas cree que el tratado permite acceder a un mercado muy atractivo, con un poder adquisitivo alto e interesado por el producto español

Las ventas de la industria española de alimentación y bebidas a Canadá han subido considerablemente durante el último año. Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas, asegura que el tratado permite acceder a un mercado muy atractivo, con un poder adquisitivo alto e interesado por el producto español, por su calidad y seguridad.

“El CETA implica muchas oportunidades. Todavía hay algunos desajustes, propios de un nuevo tratado, pero, en general, es muy positivo”. Las previsiones de FIAB para 2018 son aumentos de las exportaciones del 10%.

Productos agrícolas

“Canadá es un mercado prioritario para el sector vitivinícola español”, resalta José Luis Benítez, director general de la FEV. Las ventas se incrementaron más de un 10% en el primer semestre de 2018 y el precio medio ha pasado de 2,60 euros a 3,5 euros por botella.

Las exportaciones del sector hortofrutícola son de las que más han crecido tras la aplicación del CETA: casi el 90% en el primer semestre de 2018.

Fuente: Cinco Días