El presidente Donald Trump se dispone a proponer como presidente del Banco Mundial a David Malpass, alto cargo del departamento del Tesoro y crítico con la institución multinacional, según adelantó Politico y publicaron después los principales medios estadounidenses.

El anuncio formal está previsto para este mismo miércoles y, de confirmarse, Malpass necesitaría ser aprobado por el consejo de los 12 miembros del Banco Mundial, la mayor entidad multilateral de asistencia financiera y técnica a países en desarrollo, aunque hay pocas dudas de que se perfila como ganador. Los elegidos por Estados Unidos han acabado —siempre y desde hace siete décadas— ocupando la presidencia de este organismo, mientras que los europeos se han quedado con el poder en el Fondo Monetario Internacional (FMI), la otra gran institución del llamado sistema de Bretton Woods, (surgido al término de la Segunda Guerra Mundial para coordinar las políticas de desarrollo).

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El puesto de presidente del Banco Mundial está vacante tras la inesperada dimisión de Jim Yong Kim, que dejó su cargo a falta de tres años para el final de su segundo mandato. Lo ocupa de manera interina la búlgara Kristalina Georgieva, consejera delegada de la institución.

Malpass, de 62 años, subsecretario de Asuntos Internacionales en el departamento del Tesoro, es una persona leal a Trump y que ya trabajó en las administraciones republicanas de Ronald Reagan y George W Bush. Su nominación puede suscitar controversia debido a sus comentarios críticos en el pasados sobre las instituciones multilaterales, en línea con el escepticismo expresado reiteradamente por el propio presidente. Las organizaciones globales como el Banco Mundial, en opinión de Malpass, “se han convertido en más grandes e intrusivas” y “el desafío de reenfocarlas se ha convertido en urgente y más difícil”.

Un crítico con la institución

El plazo para las nominaciones se abre este jueves y concluye el 14 de marzo. La propuesta de alguien que ha sido tan crítico con la institución alimentará, con toda la probabilidad, la corriente de resistencia, expresada en los últimos tiempos por varios países, a esa convención por la que Washington designa al presidente.

Malpass, que fue consejero económico de la campaña de Trump en 2016, ha sido el hombre al que el presidente ha encomendado el peso de las negociaciones comerciales con China. En 2017, fue muy crítico con los préstamos del Banco Mundial al gigante asiático. La administración de Trump, según recoge The New York Times, ya habría tanteado la designación de Malpass con otros socios del Banco Mundial, obteniendo una respuesta positiva. Lo presentan como un reformista constructivo, dispuesto a trabajar de manera multilateral.

Fuente: El País